viernes, 28 de septiembre de 2012
Sobre miedos y dudas
Siempre he sido una persona a la que le cuesta tomar decisiones, e incluso después de haberlas tomados, estoy un tiempo pensando si he hecho bien o no. Quizá le doy demasiadas vueltas a las cosas, muchas personas dicen que me agobio demasiado para lo joven que soy, pero no puedo hacer nada.
Hace unos meses decidí preinscribirme en un Máster relacionado con mi carrera. No era mi primera opción, pero no podía estar otro curso sin hacer prácticamente nada, así que decidí hacer la preinscripción en varios para no quedarme con el culo al aire. Y menos mal. En las primeras opciones no me seleccionaron, era muy difícil entrar... sólo hay 50 plazas y son para los mejores (evidentemente, yo no estoy entre esos 50, sino, estaría dentro).
El Lunes empiezo las clases del Máster que elegí como 2ª opción, y para ser sincera, desde que supe que empiezo las clases en breves no paro de comerme la cabeza sobre si hice lo correcto matriculándome en él. ¿Por qué? Más que nada, porque tengo muchísimo miedo... Es otro salto más en mi vida, en mi carrera profesional, en mi futuro... y me da miedo estarme equivocando. A parte de miedo, hablando mal y pronto, es que estoy acojoná porque me da la sensación de que la gente va a ir a saco, a destacar, a no dejarse pisar... y no sé si voy a estar a la altura de todo eso.
¿Habré elegido bien? ¿Podré con las asignaturas tan duras que me esperas? ¿Y con la gente que quiera pasarme por encima? ¿Y si no me gusta?
En fin... ahora mismo, sólo queda esperar a que esto empiece.
lunes, 24 de septiembre de 2012
Asqueada
Últimamente las cosas no funcionan nada bien... Hace escasamente una semana publicaba una entrada muy ilusionada porque tenía varios cambios a la vuelta de la esquina. Esos cambios se han producido pero algunos no están yendo tan bien como esperaba, pero de eso no quiero hablar ahora mismo porque necesito darle a las cosas más tiempo antes de valorarlas.
Hoy me he enterado de que, además de no haber entrado en la Escuela Oficial de Idiomas, estoy en lista de espera en el puesto 608. A pesar de eso, tengo que ir el día 4 de Octubre por si queda alguna plaza libre, aunque sinceramente no tengo muchas esperanzas.
Aunque pueda parecer una tontería, para mí ha supuesto un bajón considerable. Tenía ganas de empezar a estudiar otra vez inglés porque creo es muy necesario hoy en día, y porque para muchos Másters y estudios oficiales me piden el certificado de nivel. ¿Y ahora qué? Pues tras haber consultado varias academias, precios, horarios, modalidades de los cursos... he llegado a la conclusión de que me compensa más presentarme a los exámenes libres de idioma que pagar lo que piden en muchas academias. Me parece increíble los precios que hay que pagar en algunas academias por estudiar inglés, en serio, es que yo tendría que vender varios órganos en el mercado negro para poder pagarlos, y tal y como están las cosas hoy en día no es plan.
Para colmo, hoy he vuelto a llamar al departamento de mi facultad correspondiente al Máster, y me han dicho que todavía no tienen ni idea de los horarios ni de cuándo empieza... ¡Y estamos a finales de Septiembre, señores!. Según la chica con la que ha hablado, suele empezar a mediados de Octubre, pero todavía no hay nada fijado y puede empezar el día 11 como el día 30... y mientras aquí, esperando, sin poder hacer ninguna otra cosa por miedo a que me termine coincidiendo unas clases con otras y desperdiciar el dinero.
Tema trabajo, fatal... tampoco puedo echar currículums hasta que no sepa qué horarios tengo, porque no puedo ofrecer una disponibilidad que a lo mejor luego no voy a tener.
Hoy estoy asqueada con todo.
sábado, 22 de septiembre de 2012
.
Y siempre digo "nunca más", hasta la próxima vez...
que llega mucho antes de lo que quiero, de lo que espero, de lo que deseo.
Que llega sin avisar, igual que la gripe. Que empieza poco a poco
y se convierte en un virus insostenible.
Pero lo que tengo claro, es que ya estoy harta
de todas esas "próximas veces". De las que he vivido,
y de las que todavía están por llegar.
Harta.
viernes, 7 de septiembre de 2012
Los cambios hay que hacerlos a lo grande
Porque sino, no se aprecian.
Hace poco, me hice un cambio de look porque estaba aburrida de todo... de lo que me rodeaba, de la monotonía, de las mismas historias de siempre, y como en ese momento el único cambia que estaba en mi mano era ese pues allá que lo hice sin pensármelo dos veces.
Pero ese no ha sido sino el primero de los muchos que me esperan durante las próximas semanas y meses. A saber:
Me cambio de piso. Este año mi hermano también se viene a vivir a Madrid y vamos a compartir un pisito que hemos alquilado (ejem, mis padres, claro...) en una zona que me encanta de la capital, donde he vivido los últimos 4 años. A partir de la semana que viene todo serán cajas, maletas, limpiar, colocar, adaptarnos a vivir solos el uno con el otro... en fin, esas cosas que se hacen cuando te vas a vivir con otra persona.
Empiezo un Máster. No es exactamente el que yo pretendía hacer, porque para ese ofrecen muy pocas plazas y no ha habido suerte, pero es otro que también me llama la atención y del que espero obtener una formación más específica en ciertas áreas que me interesan. Si dijera que sólo estoy emocionada por las clases, mentiría... también espero poder conocer gente nueva con la que compartir cosas (dentro y fuera de clase) y volver a sentirme, en parte, "universitaria". Lo de salir al mundo laboral todavía me asusta un poquito.
Toca ponerse al día con el inglés. Y para ello me he apuntado a la Escuela Oficial de Idiomas, aunque todavía no es seguro que vaya a tener plaza porque las listas salen el día 24. Estoy en lista provisional y es muy probable que me acepten, pero aún así toca esperar... Creo que tengo que ponerme en serio con el tema del idioma, porque aquí las cosas cada vez van peor y el inglés es necesario para moverte por ciertas partes, así que habrá que centrarse en ello y aprovechar a tope las clases.
¿Quién dijo miedo?. Este año me voy a enamorar, lo sé. Es un presentimiento. O un deseo. O.... algo. Me voy a enamorar y va a ser correspondido, una historia de amor de Hollywood. Y sino aparece, ya me encargaré yo de encontrarla!
Ahora sólo queda esperar... esperar a que esos cambios tomen el camino correcto.
martes, 4 de septiembre de 2012
M.
Y no me doy cuenta, hasta que regreso, de cuánto echo de menos el aire viciado y contaminado de la capital. El ruido de sus coches las 24 horas del día, el metro lleno en horas puntas, las tiendas que cada vez cierran menos y siempre están al alcance de tu mano. Las calles en las que te puedes perder, sitios donde encontrarte.
Y no es hasta que llego aquí, cuando me doy cuenta de cuánto necesito vivir en un piso de alquiler (normalmente caro en comparación a la calidad), de alquiler pero MÍO, al fin y al cabo. Necesidad de caminar y observar, y aprender todos los días algo que puede servir de algo o no, pero que ahí está.
Pero cómo te quiero, Madrid...
sábado, 1 de septiembre de 2012
/
Quizá todo sea cuestión de distancia y de perspectiva.
Y de estar preparados también... sobre todo, de eso.
Y de estar preparados también... sobre todo, de eso.
viernes, 22 de junio de 2012
Reflexiones
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
[ Pablo Neruda ]
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
[ Pablo Neruda ]
martes, 19 de junio de 2012
__
Nuestra vida es tan frágil
como las historias que no son verdad.
Las mentiras nos persiguen
y entran en nosotros como balas
atravesando y quemando un trozo de carne
que nunca volverá a ser el mismo.
¡Bang!¡Bang!
como las historias que no son verdad.
Las mentiras nos persiguen
y entran en nosotros como balas
atravesando y quemando un trozo de carne
que nunca volverá a ser el mismo.
¡Bang!¡Bang!
domingo, 17 de junio de 2012
_
Me ducho mientras me acompaña la muerte neuronal.
Estoy harta de pensar, harta de pensar en un futuro que tal vez no exista.
Mientras se empaña el espejo del baño
con el agua de la ducha
yo sólo pienso en follar. En follarte.
En follar para no pensar en esta vida de mierda,
en las circunstancias que nos acompañan,
¿hasta cuándo? Es la pregunta que se repite
una y otra vez dentro de mi cerebro disuelto en tequila.
Y por más fuerte que cierro los ojos,
y me imagino que me empotras contra la pared de la ducha
cada vez la respuesta me parece más lejana.
Un susurro.
Un suspiro.
Un eco,
mientras el agua de la ducha sigue cayendo,
y se lleva mis ganas de seguirte por el desagüe.
Estoy harta de pensar, harta de pensar en un futuro que tal vez no exista.
Mientras se empaña el espejo del baño
con el agua de la ducha
yo sólo pienso en follar. En follarte.
En follar para no pensar en esta vida de mierda,
en las circunstancias que nos acompañan,
¿hasta cuándo? Es la pregunta que se repite
una y otra vez dentro de mi cerebro disuelto en tequila.
Y por más fuerte que cierro los ojos,
y me imagino que me empotras contra la pared de la ducha
cada vez la respuesta me parece más lejana.
Un susurro.
Un suspiro.
Un eco,
mientras el agua de la ducha sigue cayendo,
y se lleva mis ganas de seguirte por el desagüe.
sábado, 16 de junio de 2012
..
A veces cierro los ojos,
y me veo explotando por dentro.
Todo son sangre y vísceras,
todo teñido de rojo.
Y algo que pudo ser y no fue,
estallando en mil pedazos.
lunes, 21 de mayo de 2012
Te la dedico, J
No debería dar ningún tipo de explicación, soy muy consciente de ello, pero ya que hace unas semanas te sentiste con el derecho a juzgar mi felicidad, me ha parecido correcto informarte del estado de la misma, a ti y a todas aquellas personas que taaaaaanto se preocupan por mi y por saber como estoy.... Allá vamos, espero que lo disfrutéis.
Hace cosa de un mes, me dijiste que esperabas que algún día consiguiese ser feliz, porque tú por fin habías conseguido serlo y que yo debería preocuparme en conseguirlo, ya que por las publicaciones de mi blog no lo parecía. Bien. Tú no tienes ni puta idea de cómo es mi vida, ni de lo feliz o infeliz que soy... pero como otros tantos, te atreves a juzgar sólo por lo que tus ojos leen.
Quería contarte que hace unas semanas, casi en el mismo momento en el que me dijiste esas palabras, llegó a mi vida un chico que no pretendía ser nada más que una buena conversación, una curiosidad que llegó a mí y que decidí satisfacer (porque si sabes cómo soy, sabrás que la curiosidad me puede, aunque ahora mismo la verdad es que dudo de que me hayas conocido ni tan siquiera un poquito... claro, sólo te preocupabas de ti, pero bueno). ¿Sabes qué? Que desde el primer momento ya sentí que ese chico era distinto, que conectábamos, que me gustaba hablar con él.
Con el paso de las semanas, los días, y los minutos se ha empezado a crear una magia que ni yo misma puedo llegar a entender, pero bueno, quizá por eso lo llamo magia... porque lo bonito es que puedo sentirla, no describirlo con palabras. Ese chico hace que todo lo que nos rodea sea especial, porque él lo es. Es una de las personas más especiales que he conocido desde hace bastante tiempo y, lo mejor de todo, es que me hace sentirme especial a mí. Ha conseguido en semanas algo que nadie ha conseguido en mucho, mucho tiempo, y es que cada día me levante y me acueste con una sonrisa cuando pienso en él.
Es de estas personas que, sin saber cómo, aporta luz y brillo a tu vida, que te hace brillar a ti, y que se preocupa porque siempre tengas una sonrisa en la boca, pase lo que pase y existan las preocupaciones que existan en este mundo... él hace que se me quiten de la mente con sólo escuchar su voz, cuando le escucho todo lo demás me da igual. No existe. Sólo él.
Ya ves, ahora igual puedes dejar de preocuparte por si soy feliz... porque creo que hasta tú puedes entender que lo soy. Y mucho.
Hace cosa de un mes, me dijiste que esperabas que algún día consiguiese ser feliz, porque tú por fin habías conseguido serlo y que yo debería preocuparme en conseguirlo, ya que por las publicaciones de mi blog no lo parecía. Bien. Tú no tienes ni puta idea de cómo es mi vida, ni de lo feliz o infeliz que soy... pero como otros tantos, te atreves a juzgar sólo por lo que tus ojos leen.
Quería contarte que hace unas semanas, casi en el mismo momento en el que me dijiste esas palabras, llegó a mi vida un chico que no pretendía ser nada más que una buena conversación, una curiosidad que llegó a mí y que decidí satisfacer (porque si sabes cómo soy, sabrás que la curiosidad me puede, aunque ahora mismo la verdad es que dudo de que me hayas conocido ni tan siquiera un poquito... claro, sólo te preocupabas de ti, pero bueno). ¿Sabes qué? Que desde el primer momento ya sentí que ese chico era distinto, que conectábamos, que me gustaba hablar con él.
Con el paso de las semanas, los días, y los minutos se ha empezado a crear una magia que ni yo misma puedo llegar a entender, pero bueno, quizá por eso lo llamo magia... porque lo bonito es que puedo sentirla, no describirlo con palabras. Ese chico hace que todo lo que nos rodea sea especial, porque él lo es. Es una de las personas más especiales que he conocido desde hace bastante tiempo y, lo mejor de todo, es que me hace sentirme especial a mí. Ha conseguido en semanas algo que nadie ha conseguido en mucho, mucho tiempo, y es que cada día me levante y me acueste con una sonrisa cuando pienso en él.
Es de estas personas que, sin saber cómo, aporta luz y brillo a tu vida, que te hace brillar a ti, y que se preocupa porque siempre tengas una sonrisa en la boca, pase lo que pase y existan las preocupaciones que existan en este mundo... él hace que se me quiten de la mente con sólo escuchar su voz, cuando le escucho todo lo demás me da igual. No existe. Sólo él.
Ya ves, ahora igual puedes dejar de preocuparte por si soy feliz... porque creo que hasta tú puedes entender que lo soy. Y mucho.
viernes, 18 de mayo de 2012
Tiempo para soñar
Tengo un todavía, tengo mil todavías.
Me estallan fuera, me arden dentro.
Todavía abrigo esperanzas a gritos.
Cobijos quietos de mi garganta.
Todavía espero futuros plenos,
que de mi paz fluyan hacia la luna.
Todavía quiero vivir en el cielo,
de espaldas al suelo, cantando susurros.
Todavía anhelo los dulces murmullos,
que de tu boca mojen mi cuerpo herido.
Todavía persigo ese amanecer tuyo,
crepúsculo rojo quebrado y loco.
Todavía consigo abrir la mirada,
ver la distancia, romper cada noche.
Todavía canto canciones de amor,
que olvido al momento para seguir siendo yo.
Todavía escribo poemas sin rima,
cuchillos sin filo retando al destino.
Todavía sueño palabras sin voces,
espinas de plata, un roce en mi frente.
Todavía tengo todos mis todavías.
En ellos vivo, por ellos sigo.
[Poema sacado del libro "Sin tiempo para soñar", de Jordi Serra i Fabra]
viernes, 4 de mayo de 2012
Algo que no se puede olvidar...
'Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío,
no habría escapado.
Pero así,
habría dejado de ser pájaro.
Y yo...
yo lo que amaba era un pájaro.'
martes, 1 de mayo de 2012
Sobre (mi) felicidad.
¿Quién eres tú para juzgar mi felicidad, a parte de un recuerdo?
¿Quién puede afirmar vivir en la felicidad permanente? ¿Quién se atreve a afirmar que existe tal utopía?
"La felicidad es un estado de ánimo que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada. Tal estado propicia paz interior, un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que estimula a conquistar nuevas metas. Es definida como una condición interna de satisfacción y alegría".
La felicidad son momentos efímeros. Nada más.
jueves, 19 de abril de 2012
Lo que es la vida
Una vida —cualquiera— se resume en una serie de acontecimientos especiales, de puntos y aparte. Puntos que, por más tiempo que transcurra, permanecen intactos en la memoria, remanentes hasta el mismo día en que nos alcanza la muerte.
Si deseamos que aparezcan, basta con pararse a pensar en todo lo que uno ha hecho durante su vida (o en lo que no ha hecho) y la sucesión de esas imágenes, difusas en la mente, son el unir los puntos de nuestra existencia.
No suelen ser hechos trascendentes, sino simples momentos tan insignificantes para cualquier otra persona como especiales para uno mismo: el primer «te quiero», la muerte de un familiar o la muerte de un ser querido, la frontera que traza el primer «usted», el temblor de piernas incontrolable tras un accidente, las noches pasadas en un hospital prometiendo cosas a un dios que después olvidas, el primer beso en los labios o el primer beso en la boca — nunca es lo mismo—, la peor discusión con tu mejor amigo, ver tempranear al sol, la cicatriz más grande del cuerpo, el brotar de una vida, las noches en casa de los abuelos, descubrir que una pesadilla ha sido una pesadilla o la primera vez que comprendes que siempre que alguien quiere comprar hay alguien que, al final, vende.
[Fragmento del libro "El bolígrafo de gel verde", de Eloy Moreno]
martes, 17 de abril de 2012
Hay que tomar decisiones
Todos los días, desde que nos despertamos, nuestra
mente es un cruce de caminos convertidos
en decisiones: ¿me levanto de la cama?¿Qué desayuno hoy?¿Y qué ropa me
pongo?¿Doy los buenos días a esa persona que últimamente es más especial que
nadie en mi vida o me hago la dura y espero a que me salude él? ¿Me compro esos
pantalones rojo sangre que puede que me hagan el culo más gordo o los negros
que disimulan más las curvas?
No hay día en que una sola persona de este mundo que ya ha
alcanzado cierta consciencia sobre su persona que no se tomen decisiones, y eso
acaba siendo un proceso sumamente agotador cuando te das cuenta de que lo estás
haciendo… porque hablan de libertad, y yo me siento mucho menos libre cuando tengo
que decidir algo que si simplemente me dejo llevar. Claro que eso la mayoría de
las veces nunca es posible. Hay que decidirse… pero ¿qué pesa más, el corazón o
la razón?
El domingo tomé una de las decisiones que menos me han
gustado de los últimos meses: el darle a una persona la posibilidad de
marcharse de mi lado. Fue una decisión racional, porque si hubiese hablado mi
corazón, las cosas habrían sido distintas… pero era lo que tenía que hacer.
Si alguna vez habéis tenido que tomar una decisión
semejante, entenderéis de lo que hablo. Y comprenderéis a la perfección la
mezcla de sentimientos y emociones que tengo ahora mismo impregnados por el
cuerpo… ¿Por qué tomar una decisión así si puede que sea algo fatal, sin
retorno? Pues porque cuando ya te encuentras en un punto sin retorno, tienes
que acudir a medidas drásticas para ver si la cosa evoluciona o se estanca.
¡Qué difícil es esto de tomar decisiones!
Sobre todo cuando no sabes si has hecho lo correcto… creo
que eso no se puede saber hasta que pasa el tiempo. Y os mentiría si os dijera
que no estoy deseando que pasen los días para ver si hice bien o hice mal,
porque ahora mismo, lo único que se, es que a mí me está sirviendo para darme
de que echo de menos nuestros momentos. Le echo de menos.
domingo, 15 de abril de 2012
Para reflexionar III
Hace poco tuve una conversación de esas que después te sigue dando vueltas en la cabeza... la verdad es que la pondría desde principio a fin, pero mentiría si a lo que no dejo de darle vueltas es a este fragmento:
- Los sentimientos no se pueden forzar. Yo me dejo llevar por mis sentimientos, para bien o para mal.
- Tú y yo somos muy diferentes.
- Me di cuenta hace tiempo...
- Yo nunca hubiese dicho eso de: me dejo llevar por mis sentimientos, para bien o para mal.
- Ya... tú los habrías forzado, ¿no?
- Supongo que sí.
¿De verdad se pueden forzar los sentimientos? Yo creo que si lo hiciese dejaría de ser feliz, de ser yo misma, para convertirme en lo que otra persona quiere que sea... o que sienta. Y puede que muchas veces me falle a mí misma en ciertas cosas, pero si de algo estoy orgullosa, es de serle fiel a mis sentimientos...
- Los sentimientos no se pueden forzar. Yo me dejo llevar por mis sentimientos, para bien o para mal.
- Tú y yo somos muy diferentes.
- Me di cuenta hace tiempo...
- Yo nunca hubiese dicho eso de: me dejo llevar por mis sentimientos, para bien o para mal.
- Ya... tú los habrías forzado, ¿no?
- Supongo que sí.
¿De verdad se pueden forzar los sentimientos? Yo creo que si lo hiciese dejaría de ser feliz, de ser yo misma, para convertirme en lo que otra persona quiere que sea... o que sienta. Y puede que muchas veces me falle a mí misma en ciertas cosas, pero si de algo estoy orgullosa, es de serle fiel a mis sentimientos...
jueves, 12 de abril de 2012
Para ti, que se que me estás leyendo
Ojalá las cosas hubieran sido más fáciles. Me encantaría
haberte conocido en otro tiempo y otro espacio, quizá las cosas hubiesen sido
distintas, quizá podría haber sido algo grande, intenso, para siempre.
Pero las circunstancias quisieron que nuestras vidas se
cruzasen cuando todavía no era el momento. Cada día que pasa no puedo evitar
pensar que tendríamos que habernos conocido en otro momento, cuando las cosas
fueran más fáciles para los dos, sobre todo para mí.
¿Por qué a veces siento que la vida es como una puta broma de mal gusto? ¿Por qué no puedo encontrar mi sitio?
Aquello no pudo ser, pero no hay día que no piense en lo que pudo
haber sido.
miércoles, 11 de abril de 2012
De 0 a 100 en un segundo
Y es que a veces bastan sólo unas palabas mal expresadas
para que todo cambie dentro de una persona, para que algo haga “click” y de
repente veas las cosas totalmente distintas a como tú imaginabas que serían.
¿Por qué la gente se empeña en pedir perdón cuando hace algo
mal? Estoy de acuerdo en que todos merecemos segundas oportunidades, y que nos
podemos equivocar porque somos humanos… pero, ¿no sería mejor pensar antes de
hacer las cosas o de decirlas cual diarrea verbal? Hay veces que el perdón no sirve
de nada, porque las cosas se quedan ahí.
Deambule por la casa y no me encontré,
He invertido mi tiempo en recordar
Que, si hierve mi sangre, hay poco que hacer:
Dejarse perder, dejarse llevar.
Me he quedado más colgado
Que un cuadro en su pared.
Me he quedado dormido
Frente a un café.
Me han llevado las olas otra vez.
He invertido mi tiempo en recordar
Que, si hierve mi sangre, hay poco que hacer:
Dejarse perder, dejarse llevar.
Me he quedado más colgado
Que un cuadro en su pared.
Me he quedado dormido
Frente a un café.
Me han llevado las olas otra vez.
viernes, 6 de abril de 2012
El daño que hacen las nuevas tecnologías
Escribes a alguien un mensaje mediante “wassap” y no puedes
evitar mirar cuándo fue la última vez que se conectó, para tener la certeza (o
no) de si no ha contestado porque pasa de ti o porque todavía no lo ha leído.
Estoy segura de que esta situación ha sucedido en la vida de casi todos los que
me estáis leyendo.
Esta tarde, mientras disfrutaba de la soledad y el silencio
de mi casa cuando se va todo el mundo y me quedo sola, cosa poco común, se me ha
venido a la mente una situación de hace muchos, muchos años. Creo que yo podría
tener unos 12 o así, y empezaba a estar en la edad tonta de cuando te empiezan
a hacer tilín los chicos.
Yo vivo en un pueblo pequeño (aunque antes era más pequeño
aún) y cuando tienes 12 años, los sitios por donde salir quedan bastante
reducidos (o, al menos, así era antes) y para buscar a alguien podías ir o al
parque, o a la plaza, o a los recreativos. Una tarde de verano, quedé con mi
más mejor amiga de por aquel entonces, A, para dar una vuelta. Empezamos a
hablar de los chicos que nos gustaban y de repente se nos ocurrió la genial de
idea de ir a buscarlos y encontrarnos con ellos “por casualidad”, así que
empezamos a buscar por todos los sitios posibles… sin ningún resultado. A pesar
de eso, fue una de las tardes más emocionantes que recuerdo, con esas mariposas
por dentro de querer verlos, de encontrarnos de repente con ellos.
¿Qué habría pasado si hubiéramos tenido “wassap” en ese
momento? ¿Se habría perdido esa magia? ¿Nos habrían contestado diciendo sus
coordenadas exactas?
jueves, 5 de abril de 2012
Hay que vivirlo
Ayer a estas horas estábamos corriendo como locos de camino a las duchas: "Mariquita el ùltimo!". Esperar hablando desde detrás de una cortina a que el agua saliera caliente, pasándonos el champú o el gel porque se nos había olvidado en casa, corriendo en toalla de baño por el pasillo de camino a la habitación.
Sobre estas horas, estábamos reventados....sentados en el suelo de la habitación, hablando de todo y de nada, comiendo galletas de chocolate y quejándonos de cómo sabía el agua, porque a pesar del cansancio, todavía teníamos esas ansias de estar juntos, de hablar, de reírnos, de conocernos más. Siempre quedaba cuerda para la siguiente broma, para el beso de buenas noches, para que justo en el momento en que te estabas quedando dormido entrase alguien en la habitación a ritmo de: "Chicos!! Qué fueeeerrrte!!".
Levantarse a las 8 de la mañana y acostarse a las tantas de la madrugada ha sido algo realmente agotador, pero lo vivido durante el día supera con creces a ese cansancio.
Esta noche, en mi salón mientras veía la tele me he acordado de todos y cada uno de los que habéis hecho que estos dos días merecieran mi cansancio y mi afonía. Por ejemplo tú, R, con el detalle de robar un cuadro para cada una de las 4 chicas que dormíamos en tu habitación y dejarlo sobre nuestra cama (y que luego te mandáramos a colocarlos todos, claro xD). A ti, M, porque aunque a veces me pongas nerviosa y quiera arrancarte la cabeza, me has demostrado que eres una persona super divertida y con la que se puede hablar con seriedad si lo necesitas. A ti, S, por esos abrazos de buenos días. A todos los que nos habéis despertado hoy con un beso y un abrazo en nuestra cama, o cuando nos cruzábamos con vosotros por los pasillos. A los que os habéis dejado la piel creando animaciones para que los demás pudiéramos disfrutarlas...
Y sobre todo, MILLONES DE GRACIAS, por haberos despedido de mi como lo habéis hecho esta mañana. No podéis imaginar cómo me he sentido cuando todos os habéis acercado a mí para darme un abrazo y decirme que no me fuese tan pronto. De corazón, ese gesto ha significado muchísimo para mi.
A todos y cada uno de vosotros, esta noche os echo de menos. Y se que mañana cuando me levante y vaya a desayunar a mi cocina, me voy a acordar de las magdalenas que saben a cueva, y de vuestras caras de sueño.
No podríais haber sido mejores.
domingo, 1 de abril de 2012
Se prohiben los abrazos
Impactada me he quedado cuando he
escuchado en las noticias que en una Escuela de Nueva Jersey quedan prohibidos
los abrazos y las muestras de afecto.
Por si os interesa un poco la noticia, os dejo aquí lo más
relevante de ésta:
"La Escuela
Matawan-Aberdeen es una zona ‘libre de abrazos’, declaró el director de la
institución Tyler Blackmore, al anunciar una controvertida prohibición de que
sus alumnos se abracen.
De acuerdo con EFE, los
más de 900 alumnos de la escuela en el municipio de Cliffwood, Nueva Jersey, no
podrán abrazarse luego de que el director anunció haber detectado ‘contactos
físicos inadecuados"
Me parece algo frívolo y carente de sentido, cuando el ser humano
necesita relacionarse y el contacto físico para su desarrollo afectivo... ¿De
verdad hemos llegado a tal punto?
Y todo esto,
cuando yo hoy tengo más ganas de abrazar que nunca...
Va de sentimientos
¿Qué es lo que hago mal? ¿En qué me equivoco una y otra vez?
Haga lo que haga, siempre está mal, siempre me equivoco… Intento dar lo mejor de mí y me siento pisoteada, a veces me siento como si fuera el juguete de una persona que un día se preocupa por mí y al día siguiente ni se digna casi a dirigirme la palabra. ¿Es que acaso me lo merezco?
Quizá a veces sea difícil, no voy a negarlo. Quizá a veces mi carácter hace que las cosas sean complicadas, que yo las complique, pero aun así… ¿Por qué? ¿Por qué tienes que tratarme así?
Y eso no es lo peor, no. Lo peor es que no debería importarme. Pero me importa.
No sé cómo se me está yendo tanto de las manos…
A lo mejor la solución es encerrar los sentimientos y no volver a dejarlos salir. A lo mejor.
viernes, 30 de marzo de 2012
_
Y que seas precisamente tú el que ahora venga a decirme que le importo… después de tanto tiempo, ¿en serio pretendes que me lo crea?
Has tenido demasiado tiempo para demostrármelo, ahora ya es demasiado tarde. Y más cuando ni siquiera te esfuerzas en explicarme las cosas. Cuando tus palabras dicen que no eres egoísta pero tus actos demuestran que sí lo eres. Que todo te da igual, porque ni siquiera intentas aclarármelo.
Si de verdad te importase, darías la cara, pero de verdad. No a través de mensajes que no llegan a ninguna parte.
Time out.
lunes, 12 de marzo de 2012
Tienda on-line de abalorios Hama Beads
Hoy vengo con una entrada poco habitual en este blog, pero que me hace especial ilusión.
Os voy a presentar la tienda on-line que me he abierto para vender las creaciones que estoy haciendo últimamente con una técnica llamada Hama Beads.
Acabo de lanzarme a la aventura de llevar una tienda virtual, porque a parte de que tengo tiempo y ganas, creo que cosas tan bonitas como estas no me las puedo quedar sólo para mí.
¿Queréis echarle un vistazo?
Tan sólo tenéis que entrar aquí: http://hammalorios.wordpress.com
Os dejo, de momento, fotos de algunas de las cosas que podéis comprar:
¿A quién no le apetece comerse un helado con el buen tiempo que está haciendo últimamente?
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¿Queréis echarle un vistazo?
Tan sólo tenéis que entrar aquí: http://hammalorios.wordpress.com
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viernes, 9 de marzo de 2012
Nuevos proyectos
Últimamente mi vida está siendo monótona, aburrida, sin ningún aliciente que me haga ilusionarme por algo en concreto o vivir al día, como sí hacía hace unos meses... Cada día cuando me levanto me siento igual de vacía que el día anterior, y es algo que no me gusta, porque no soy de ese tipo de personas que se sientan a esperar cómo pasan las cosas.
Quizás por eso me esté metiendo en proyectos que en otros momentos de mi vida no habría pensado, o no me habría lanzado tan de cabeza como ahora.. pero realmente siento que LO NECESITO. Todavía es pronto para hablar de nada, pero puede que de aquí a algún tiempo si las cosas salen bien cuente algo.
Tampoco es que sea nada del otro mundo, pero es lo justo para que yo me levante con el pensamiento de que tengo algo que hacer por el mundo, y por mí misma, que siendo egoísta es lo que más me importa en estos momentos porque poco a poco me doy cuenta de que doy demasiado de mí a gente que no sabe apreciarlo y he decidido que ya no quiero más eso, que se acabó, que creo que soy una persona muy válida y con muchísimas cosas buenas como para que gente que no se lo merece se aproveche de ello.
Dentro de poco me volveré a pasar a contaros una de las novedades de mi vida, de momento sólo es algo que está en mi cabeza, pero ya falta menos para ponerlo en práctica.
lunes, 5 de marzo de 2012
∞
Últimamente navego entre las olas de un mar que desconozco, que ya no soy capaz de hacer mío ni aunque fije la vista en un punto y pretenda no quitarla nunca de allí. Ese punto se mueve, yo me desoriento, me confundo, me encuentro abatida si lo pierdo, cansada, no siento nada, el punto se ha ido.
Me muevo entre las olas sin saber si es el viento o la fuerza del agua lo que me arrastra, simplemente me dejo mover por ellas, una tras otra, notando su vaivén pero sin ni siquiera inmutarme cuando viene una más fuerte que las demás y me sumerge debajo de ella. Y yo trago mucha agua, me asfixio, noto que me falta el aire, cierro los ojos, aunque si los tuviera abiertos tampoco podría ver nada más que oscuridad.
No siento frío, ni calor, ni vacío, ni ganas de gritar, ni el impulso de correr, ni miedo, ni amor, ni tristeza, ni alegría, ni desesperanza, ni impaciencia, tampoco nostalgia, ni deseo.
No siento nada.
Me muevo entre las olas sin saber si es el viento o la fuerza del agua lo que me arrastra, simplemente me dejo mover por ellas, una tras otra, notando su vaivén pero sin ni siquiera inmutarme cuando viene una más fuerte que las demás y me sumerge debajo de ella. Y yo trago mucha agua, me asfixio, noto que me falta el aire, cierro los ojos, aunque si los tuviera abiertos tampoco podría ver nada más que oscuridad.
No siento frío, ni calor, ni vacío, ni ganas de gritar, ni el impulso de correr, ni miedo, ni amor, ni tristeza, ni alegría, ni desesperanza, ni impaciencia, tampoco nostalgia, ni deseo.
No siento nada.
martes, 28 de febrero de 2012
Los límites de la amistad
Estoy harta de la amistad altruista, y lo digo así, sin que
me tiemblen las pestañas ni un poquito.
Yo soy de las personas que se entregan sin más, aunque acabe
de conocer a alguien y piense que puede aportarme algo especial. O si esa
persona me hace sentir cosas positivas. No miro nada más y me entrego, lo doy
todo de mí, hasta el punto de agotar mis recursos por ellos.
Pero me he dado cuenta de que ya llevo demasiada carga a mi
espalda como para seguir alimentando amistades en las que la única parte de la
relación que se sacrifica soy yo. Lo siento, pero no puedo soportar más tiempo
esa carga. Ni tampoco quiero, porque me he dado cuenta de que hay personas en mi vida que se merecen más mi
atención que otras. Que aquellas que no hacen nada por devolverme ni un ápice
de lo que yo les doy.
Es cierto que siempre he pensado que hay que dar sin pensar
en lo que vas a recibir. Sí, estoy de acuerdo con esa frase. Pero todo tiene
sus límites.
¿Y cómo he llegado a esta conclusión?
Gracias a dos personas que durante un tiempo han tenido casi
todo lo que han necesitado de mí, pero o no han sabido o no han querido
aprovecharlo. Tampoco agradecerlo. Ni siquiera demostrar que yo era
medianamente importante en sus vidas. Ni siquiera cuando a una de ellas le he
recordado que me molesta su actitud y su única respuesta ha sido un: “lo siento”.
Ni siquiera un: “te prometo que voy a
intentar cambia, o arreglar la situación, porque me importas”.
Pues muy bien. Así es la vida, ¿no?. Simplemente os deseo que
os vaya bonito. Sin mí.
miércoles, 15 de febrero de 2012
El día después...
Ayer fue San Valentín, fecha odiada por aquellos que no
tienen nadie con quien celebrarlo y amada por esos que proclaman su amor a los
cuatro vientos. ¿Y en qué lugar me posiciono yo? Pues en uno intermedio. Sí,
sí, ¿a que no os lo esperabais? Ya lo sé, soy una caja de sorpresas…
Y es que yo siempre he pensado que, ¿por qué tienen que
marcarnos un día en el calendario para celebrar “el amor”? ¿Es que no se
deberían celebrar todos los días que pasas junto a la persona que quieres? O,
bueno, por lo menos celebrarlo cuando a ti te salga de la pipeta, y no porque
lo marque un calendario… que a mí siempre me ha parecido de lo más falso, pero
igual que con San Valentín me pasa con los demás días “especiales” que se
empeñan en marcarnos: el Día de la Madre, el Día del Padre, el Día del moco…
¡Es que de verdad!.
Me parece perfecto las parejas que ayer se demostraron su
amor regalándose algo, yendo a cenar, haciendo que tooooodo el mundo se entere
de lo enamorados que están… ¿pero de qué sirve eso si el resto de los días se
echan los trastos a la cabeza o, simplemente, ni se demuestran lo que sienten?.
Si una persona está ENAMORADA, eso hay que demostrarlo día a día, con las
pequeñas cosas, detalles, palabras, actos… porque es lo que va formando una
relación y lo que compone una sintonía sólo conocida por las dos personas que
forman la pareja. A mí de nada me sirve que una persona me haga un regalazo el
día de San Valentín si luego en lo cotidiano es un cazurro que no me hace sentir
chispa, pasión, ternura, lo que viene siendo eso que llaman AMOR.
Yo este año, igual que
viene pasando de unos cuantos hasta la fecha, no he tenido a ninguna
persona masculina con quien “no-celebrarlo”… pero por suerte tengo a un montón
de personas a mi alrededor a las que quiero y que me quieren, y como para
muestra un botón, ayer me fui por la tarde con mi queridísima E a cierta
pastelería de Madrid a ponernos hasta las cejas de azúcar y amor de amigas!
Para que luego digan…. que San Valentín es sólo para parejitas!
martes, 31 de enero de 2012
Me he acordado de ti y....
Hoy mientras estaba muriéndome del frío en la cama me he
acordado de ti, y de repente mi mente ha viajado a cualquier día del año 2009.
Por ejemplo a ese en el que te esperé en el piso donde vivía por aquel entonces
lleno de velas encendidas: en el salón, en el baño, en la cocina, en la
habitación… no había rincón de aquella casa que no quedase iluminado por una
llama.
Lo había preparado todo con sumo cuidado: había limpiado,
recogido y ordenado la casa – aún sabiendo que ese orden sólo sería momentáneo,
porque cuando estábamos juntos se nos desordenaban hasta las ideas de tanta
pasión - , había escogido con sumo cuidado la lencería que sería objeto de tu
deseo aquella noche: negra, como a ti te gustaba. Sensual. Picante. Excitante.
Incluso las sábanas recién cambiadas parecían saber que
aquella noche iba a pasar algo especial.
Cuando llegaste, sin reparar en lo que había detrás de la
puerta, me saludaste con un beso torpe diciéndome que no te había dado tiempo a
ducharte y que si te dejaba pasar al cuarto de baño antes de nada. Sabías que
me volvía loca verte recién salido de la ducha, con el pelo mojado, con la
toalla rodeada en tu cintura mientras las gotas de agua todavía recorrían los
lunares de tu espalda.
De repente, cuando viste todo aquello se te heló la sangre.
Me miraste. Nos miramos.
No pudimos aguantar ni un segundo más sin abalanzarnos el
uno sobre la boca del otro. De repente todo estorbaba: las sillas de madera de
la cocina, los cojines naranjas del sofá, la ropa… Por supuesto que estorbaba la ropa. Y así,
dejando un rastro de prendas tras nosotros de repente paraste de besarme.
Paraste de besarme únicamente para contemplar aquel conjunto que yo había
elegido para ti. Y vi tanto deseo en tus ojos que por un momento me asusté,
aunque, me duró tan poco tiempo como lo que tardaste en quitarme lo que me
quedaba de ropa con los ojos.
De repente noté el agua cayendo sobre mí, sobre nosotros,
mientras tú me abrazabas y te perdías en mi interior una y otra vez, haciéndome
sentir más mujer cada vez que sentía tu respiración entrecortada al filo de mi
oído, mientras mis manos torpes se enredaban en tu cadera atrayéndote hacia mí,
como si todo aquello no fuera suficiente. El ruido del agua amortiguaba
nuestros gemidos, las palabras de deseo que brotaban de nuestra boca sin
poderse contener. Y, por fin, después de haber perdido la cuenta del tiempo que
llevábamos allí dentro, sentí que se me dormían las piernas, hasta podía notar
el hormigueo de los dedos de los pies, anunciándome que el orgasmo estaba a
punto de llegar. Así te lo hice saber, casi en un susurro, a la vez que cerraba
mis ojos con fuerza, dejándome mecer por el vaivén de nuestros cuerpos hasta
que llegó. Y explotó. Y te inundó. Y ahogamos nuestros cuerpos con el placer de
ese momento.
Y cuando creía haber llegado al mejor momento…. Empezó a
sonar una música de fondo. La conocía, era una de mis canciones favoritas: La
Valse d’Amelie Piano. Y fui consciente de la realidad.
Era el puto
despertador. Hora de levantarse.
sábado, 28 de enero de 2012
Esto es todo.
Esto que me crece dentro del estómago y me sube hasta la
garganta es la rabia, el necesitarte sin ser cierto, el querer tener un poco de
ti que está prohibido, el echarte de menos sin ni siquiera haberte tenido, sin
saber si es real, sin saber si es algo “de verdad”. La rabia de pensar que no
quiero jugar más, que me he cansado de apostar y de perder mil veces… o de
llevarme un premio que no me corresponde.
Esto es la soledad de despertarme en medio de una oscuridad
infinita y que lo único que haga falta
sea una palabra, un aliento, un susurro, un grito. Tuyo o mío, eso da igual.
Pero algo que me devuelva a la realidad, al aquí y ahora. A este momento que
estoy viviendo que no parece mío.
Esto es el vacío que siento cuando me levanto por las
mañanas y pienso que no hay nada por lo que merezca la pena luchar. Luchar de
verdad. Hay cosas por las que esforzarse, pero ninguna por las que luchar sea
tan necesario como respirar, como necesitar beber agua cuando te quema la garganta
de la sed.
Esto es la sensación de que las cosas pueden cambiar, pero,
¿cuándo?. Porque a veces te juro que escucho cada tic-tac de la manecilla del
reloj y no parece que el tiempo vaya a ir más deprisa, ni las cosas a mejor.
¿En qué punto exacto dejamos de ser quien queremos ser para
pasar a ser lo que creemos ser?
Esto son las lágrimas de plasmar todo lo que siento en un
papel. El leer la desesperación hecha palabras. El llorar durante horas sin que
se me sequen los ojos, aunque yo espere lo contrario. El dolor escrito en tinta
negra.
Hasta aquí he llegado.
lunes, 23 de enero de 2012
Para reflexionar II
[....]
Estaba en la playa con su padre, y él pidió que probara si
la temperatura del agua era buena. Ella tenía cinco años y se entusiasmó de
poder ayudar; fue hasta la orilla y se mojó los pies.
- Metí los pies, está fría- le dijo.
El padre la cogió en brazos, fue con ella hasta la orilla
del mar y sin ningún aviso la tiró dentro del agua. Ella se asustó, pero
después se divirtió con la broma.
- ¿Cómo está el agua?- preguntó el padre.
-Está buena- respondió ella.
- Entonces, de aquí en adelante, cuando quieras saber alguna
cosa, zambúllete en ella.
*Fragmento del libro Brida, de Paulo Coelho
jueves, 19 de enero de 2012
La metáfora de las estrellas
Nadie me va a negar que las estrellas fugaces son preciosas… ¿pero quién se
atrevería a elegiruna con el poco tiempo que están ante nuestros ojos? Nos
hipnotizan durante unos segundos, los justos para pedir (inocentes de nosotros)
un deseo y se esfuman.
Yo siempre he preferido las estrellas normales, esos pequeños puntos de luz
que van apareciendo cuando las demás luces se apagan. ¿Quién quiere una
estrella fugaz pudiendo tenerlas a ellas? Siempre están ahí, aunque tú no las
veas, siempre están. Basta con levantar los ojos cuando la oscuridad te rodee para que, al menos una, te salude con ese parpadeo
brillante.
Y si una noche no puedes verlas, no pasa nada, tienes la certeza de
que al día van a seguir allí, esperando, esperándote a ti, a que las mires… a
que te des cuenta de que, de una forma o de otra, siempre, siempre, siempre
están allí. Contigo. Justo encima de tu cabeza.
miércoles, 18 de enero de 2012
Algo sobre mí
Siempre he sido una persona enamoradiza, y cuando lo pensaba
fríamente llegaba a la conclusión de que eso no podía ser bueno. Hay días que
me enamoro 3 y 4 veces de chicos que ni siquiera conozco… pero es lo que tiene
que el corazón vaya mucho más deprisa que la razón, supongo.
Cuando me cruzo por la calle con una persona que me atrae,
inmediatamente pasan por delante de mis ojos todos los momentos que podría
vivir con esa persona, lo felices que podríamos ser si alguno de los dos diese
el paso de decirle algo al otro. Aunque en este caso el paso lo tendría que dar
yo, claro, la otra persona ni siquiera tiene en mente que yo pueda estar
viviendo todas esas cosas con él sin ni siquiera saber cómo se llama.
Esto también se extiende al universo “internet”.
De vez en cuando conozco a alguien con el que empiezo a
hablar y siento una cosa extraña…se que llamarlo amor es exagerar demasiado,
pero digamos que noto cierto feeling que podría convertirse en algo más. ¿Y por
qué cuento todo eso? Porque quizá (y digo quizá para despistar, hehe) ahora
mismo estoy viviendo uno de esos momentos. Ni siquiera es una persona con la
que haya hablado mucho, pero las veces que hemos hablado he sentido ese algo
dentro de mí, de querer seguir conociéndole, hablar más con él, que me cuente
todo sobre su vida… ¿Problema? Además de que la situación por su parte es
complicada, estoy convencida de que ni siquiera piensa en mí como lo hago yo en
él.
Y llegados a este punto, estoy más liá que la pata de un
romano. No sé si quiero decirle algo, si hacerme notar de alguna manera, si
pasar del tema porque realmente no se sostiene por ningún lado, si seguir como
si nada y si hay suerte aprovecharlo…
Malditos sentimientos, ¡siempre consiguen liarme!
sábado, 14 de enero de 2012
¡Feliz cumpleaños "E"!
Vidas compartidas casi desde que teníamos uso de razón, tal
vez antes. Millones de momentos que hemos compartido, casi tantos como días han
pasado hasta hoy, el día de tu 24 cumpleaños.
Miramos atrás y me río cuando me acuerdo de que era yo la
que te tiraba los juguetes a la papelera cuando me enfadaba, de cuando nuestros
padres nos dejaron por primera vez tirarnos del trampolín de “la piscina de los
mayores”, de las veces que celebramos tu cumpleaños en tu casa y, luego, cuando
nos comíamos todo lo de la mesa (mojando las patatas fritas en la Coca-cola,
por supuesto) nos subíamos al piso de arriba a jugar al teléfono escacharrado,
o al cuarto oscuro.
También están presentes en estos 24 años todas las cosas que
hicimos a escondidas del mundo, pero siempre tú y yo… como aquella vez que nos
compramos un helado y para que nadie nos viera nos escondimos detrás de unos
coches en la calle de al lado hasta que nos lo terminamos.
Nuestros primeros amores, nuestras primeras salidas
nocturnas, nuestros primeros exámenes en la carrera que habíamos elegido,
nuestros primeros desengaños, nuestras primeras vacaciones ….
Llevar 24 años compartiendo la vida con alguien, da para
mucho, pero ¿sabes qué? Yo sin duda me quedo con el hecho de que en todo este
tiempo nunca nos hemos abandonado la una a la otra, a pesar de no vivir en el
mismo sitio, de haber estado semanas sin hablar en algunas épocas… a pesar de
todo, seguimos aquí. Juntas. Y sobra decir que me encantaría celebrar contigo cada año nuevo que cumplas.
¡FELIZ 24 CUMPLEAÑOS!
Cierra los ojos, sopla y pide un deseo....
PD: Te quiero!!!!!
jueves, 12 de enero de 2012
La teoría de las cargas
Es curioso como a veces te puede inspirar la cosa más tonta.
El otro día, mientras comía, me puse a ver un capítulo de “Cómo conocí a
vuestra madre”, serie que no sigo en absoluto pero que, fíjate por dónde, voy y
me topo con un capítulo que me hace reflexionar.
En dicho capítulo, Ted Mosby (el “protagonista de la serie”)
empieza a salir con una chica a la que, curiosamente, no le encuentra ningún
fallo y, por ese motivo, empieza a pensar que algo debe haber de raro en ella
si todavía no le ha encontrado nada malo. Cuando se lo cuenta a sus amigos,
Barney Stinson, le explica la Teoría de
las cargas. ¿Qué en qué consiste esa teoría? Pues en que cada persona llega una
carga interna, a veces varias, pero que no la deja ver porque pesaría demasiado
para otra persona. Al final del capítulo, Ted y su chica, se confiesan cada uno
sus “cargas” y a partir de ese momento parece que la relación empiece a
funcionar viento en popa, porque el liberarse de ellas les supone compartirlas
con otra persona, con la persona a la que tú quieras, para que te ayude a
llevarlas.
Yo después de ver este capítulo hace unos días, me quedé
recapacitando sobre esto de las cargas… y la verdad es que llegué a la misma
conclusión que Barney: es cierto, todos tenemos cargas. A veces es una que pesa
muchísimo, otras veces son cargas distintas y cada una pesa lo suyo, a veces a
nuestras cargas también se le suman las
cargas de los demás, etc. Las posibilidades me parecieron infinitas.
Luego profundicé más en el tema. Pensé en mis
cargas personales: ¿cuáles son? ¿las he compartido alguna vez? ¿he sido elegida
para llevar la carga de otra persona? ¿cuántas más voy a acumular a lo largo de
mi vida?. Y de verdad, que no me salían las cuentas.
Podría empezar a
enumerar alguna de las mías: que mi primer ex -novio me dejase al día siguiente
de volver de nuestras vacaciones en la playa, el no haber ayudado todo lo que
podía a una persona en el momento en que lo necesitaba, que no pude despedirme
ni de mi abuelo ni de mi padrino cuando murieron… pero, ¿sabéis?
Afortunadamente yo sí que he tenido la suerte de poder compartir esas cargas
con alguien y, ahora, cuando pienso en ellas, no me parece que pesen tanto como
antes.
¿Y vuestras cargas….cuáles son?
miércoles, 11 de enero de 2012
Esperando tiempos mejores
En noches en las que no puedes dormir y cuando consigues
conciliar el sueño te asaltan imágenes verdaderamente absurdas, es cuando te
das cuenta de que algo tiene que cambiar porque si sigue igual va a ser o la
vida o tú.
Ahora mi pregunta es… ¿cambiar qué? ¿cómo?
Y me sigo quedando igual, sin tener ni puta idea de cuál
manera de vivir es la correcta. Sin saber si dar ese paso o quedarme tras la
línea de salida, porque desgraciadamente no todo depende de nosotros. ¡Aunque
cómo me gustaría que eso no fuese así!. Porque, sí, voy a confesaros un
secreto, necesito tenerlo todo bajo control.
Y nunca aprendo que no puedo hacer eso. Y que la única
opción que me queda es esperar.
Esperar a que vengan tiempos mejores…
domingo, 8 de enero de 2012
Entrada sin sentido vol I
Divagar sobre el amor es una de mis aficiones favoritas.
Filosofar sobre sentimientos uno de mis entretenimientos… Y eso sólo me sirve
para darme cuenta de que, por muchos años y fracasos que pasen por mi piel, voy
a seguir sin tener ni idea de qué cojones es el amor.
Y es que con cada revés que me doy a mí misma, más confianza
tengo en que eso no es para mí. Que me quitaron esa oportunidad hace mucho
tiempo.
- “Yo me he vuelto egoísta”.
- “Eso no es ser egoísta”- me dices-.
Y por un momento me lo creo. Pero luego, mientras el agua me
cae encima, pienso que no tienes razón. Y que sí es egoísmo. Pero, a veces, el
egoísmo nos salva de ciertas situaciones, ¿no es así?
Yo quiero pensar que sí…
miércoles, 4 de enero de 2012
Carta a Los Reyes Magos
Es un poco tarde, lo sé, pero es que las cosas materiales
que sus majestades me podríais haber traído ya las tengo yo en casa… así que
esta carta es para pedir las cosas inmateriales y, por lo tanto, no hace falta
que me las traigáis el día 6 de Enero, también las acepto durante el curso del
año.
Para empezar, salud. Que ya saben ustedes, majestades, que
para mí la salud es importante…sobre todo cuando una se coge catarros que le
duran 1 mes. Me gustaría no tener que pasar por ellos tan a menudo. Hagan algo, estoy segura de que
pueden hacerlo.
Si alinean los astros para que consiga trabajo y me gane
unos dineritos, también se lo voy a tener en cuenta… la cosa está fatal, y a
ver si con una ayudita podemos mejorar en ese ámbito. Ya sé que tengo toda la
vida por delante, pero a este paso igual me jubilo y todavía no he trabajado
nunca. Espero que comprendan mi prisa, tengo muchos viajes pendientes.
Por último quiero que pongas en mi camino a EL CHICO. Sí,
sí. EL CHICO. Ese del que me tengo que enamorar perdidamente (y el de mí,
claro, sino no vale) y por el que voy a hacer locuras, y vamos a ser felices
con poco… ¿sabéis a lo que me refiero, no?. Pues creo que ya va siendo hora de
que le pongáis delante de mí, pero que me haga algún tipo de señal, que con lo
lenta que soy yo para estas cosas igual ni me doy cuenta y no es plan de
dejarlo escapar!
Este año no pido muchas cosas, para mí las más importantes….sólo
son 3, aunque tienen trabajo, pero si no son capaces de conseguirlo ustedes, majestades…¿entonces
quién?...
PD: Espero que este año os hayáis portado lo suficientemente bien como para que Los Reyes Magos os traigan muchas cosas y no sólo carbón!
lunes, 2 de enero de 2012
Caminos a lugares seguros
Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la
capacidad de sobrellevar el dolor. El pensamiento clásico nos enseña las cuatro
puertas de la mente, por las que cada uno pasa según sus necesidades.
La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un
refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos
proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona
resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una
noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se
protege del dolor: pasando por la primera puerta.
La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son
demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos
recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que «el tiempo
todo lo cura» es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto
están escondidas detrás de esa puerta.
La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente
recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso
no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir
de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
La última puerta es la de la muerte. El último recurso.
Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado
* Extracto del libro El nombre del viento, de Patrick Rothfuss
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