viernes, 22 de junio de 2012

Reflexiones

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.


Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.


Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.


Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.


Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.


Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.


Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.


Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.


Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.




[ Pablo Neruda ]



martes, 19 de junio de 2012

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Nuestra vida es tan frágil
como las historias que no son verdad.
Las mentiras nos persiguen
y entran en nosotros como balas
atravesando y quemando un trozo de carne
que nunca volverá a ser el mismo.


¡Bang!¡Bang!


domingo, 17 de junio de 2012

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Me ducho mientras me acompaña la muerte neuronal.
Estoy harta de pensar, harta de pensar en un futuro que tal vez no exista.
Mientras se empaña el espejo del baño
con el agua de la ducha
yo sólo pienso en follar. En follarte.
En follar para no pensar en esta vida de mierda,
en las circunstancias que nos acompañan,
¿hasta cuándo? Es la pregunta que se repite
una y otra vez dentro de mi cerebro disuelto en tequila.
Y por más fuerte que cierro los ojos,
y me imagino que me empotras contra la pared de la ducha
cada vez la respuesta me parece más lejana.
Un susurro.
Un suspiro.
Un eco,
mientras el agua de la ducha sigue cayendo,
y se lleva mis ganas de seguirte por el desagüe.









sábado, 16 de junio de 2012

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A veces cierro los ojos,
y me veo explotando por dentro.
Todo son sangre y vísceras,
todo teñido de rojo.
Y algo que pudo ser y no fue,
estallando en mil pedazos.