sábado, 31 de diciembre de 2011

¡Hasta siempre, 2011!



Otro año más estamos aquí para despedirnos de estos 12 últimos meses de 2011 y dar la bienvenida al primero de 2012. Como viene siendo tónica habitual de estas fechas y de este día en concreto, me gusta pararme a reflexionar sobre qué cosas hay que destacar de este último año…pero este año me he propuesto quedarme sólo con lo bueno, así que esas cosas son las que voy a recordar hoy aquí.




En términos generales, ha sido, sin duda, el año de la AMISTAD y de las fiestas. Ya empezaba a despuntar en el último trimestre de 2010, pero este 2011 ha sido un año muy divertido, especialmente gracias a toda esa gente que me rodea que es maravillosa!.En concreto tengo que mencionar a 2 de esas personas… T y V, ¡qué hubiese sido de mí sin ellas este año! Hemos salido, nos hemos reído, hemos conocido a muchísima gente y, lo más importante, hemos fortalecido una amistad que a día de hoy me parece imprescindible en mi día a día.

En Junio acabé la carrera que tanto sudor y lágrimas me ha costado en muchos momentos pero que me encanta: Psicología. No me arrepiento para nada de haber estudiado lo que he estudiado y, aunque la cosa está jodida en cuanto a Salud Mental en este país, me siento muy orgullosa de ser psicóloga. A los que me dicen que no se lo creen, que sólo vendemos humo yo les contesto: “ojalá nunca necesites la ayuda de uno, porque sólo en ese momento vas a apreciar nuestro trabajo”, y me quedo más ancha que larga.

Aclaré con algunas personas temas que quedaban pendientes, que seguían dando vueltas por mi cabeza y no hay nada peor que eso. Por suerte, tuve la oportunidad de hablar de ello y dejarlos si no solucionados, por lo menos aclarados…aunque siempre se quedan cosas en el tintero y a mí me encantaría hablar más a menudo, pero hay que tener paciencia.

Me fui por primera vez de vacaciones a la playa con mi mejor amiga, ¡las 2 solas!. Ha sido una experiencia única, además pude celebrar mi cumpleaños allí y son de esas cosas que no se olvidan… ojalá volvamos a repetir (si no se puede este año, que con la crisis está todo muy jodido, pues en otra ocasión).

He conocido a una persona maravillosa con la que puedo ser y no fue, pero no pasa nada, porque la vida es así y hay que aceptar las cosas como vienen. A pesar de todo me parece una persona estupenda que merece mención hoy aquí por todo lo que me ha dado en tan poquito tiempo... Muchas gracias J.

A grandes rasgos estas son las cosas  buenas que más puedo destacar de este 2011…quizás os parezcan  pocas pero  han sido intensas. Seguramente me dejaré pequeños detalles en el camino, pero creo que este año ha sido positivo, en términos generales… así que voy a recibir al 2012 con las mismas ganas con las que le daba la bienvenida al 2011, a ver si la suerte sigue estando de mi lado y es otro año genial!



PD: Con un catarro impresionante os deseo a todos ¡Feliz 2012! Que tengáis una buena salida de año y mejor entrada todavía, que cojáis con ganas este nuevo año desde el principio porque es de la única manera que las cosas son más posibles de conseguir: con muchas ganas. Que paséis la noche con la gente con la que queréis estar, rodeados de amigos, familia, alcohol... y, sobre todo.... cuidadito con las uvas!


martes, 27 de diciembre de 2011

Un cuento (para pensar....)


Hoy os dejo algo poco habitual en este blog: un cuento del que yo no soy autora.
Lo leí hace un par de semanas y me gustó mucho, pero no he encontrado el momento de publicar esta entrada... así que aquí os lo dejo, espero que os guste tanto como a mí y que os haga reflexionar (aunque sea un poquito).

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Había una vez un anciano muy sabio, tan sabio era que todos decían que en su cara se podía ver la sabiduría. Un buen día ese hombre sabio decidió hacer un viaje en barco, y en ese mismo viaje iba un joven estudiante. El joven estudiante era arrogante y entró en el barco dándose aires de importancia, mientras que el anciano sabio se limitó a sentarse en la proa de barco a contemplar el paisaje y cómo los marineros trabajaban.


Al poco, el estudiante tuvo noticia de que en el barco se encontraba un hombre sabio y fue a sentarse junto a él. El anciano sabio permanecía en silencio, así que el joven estudiante decidió sacar conversación:
- ¿Ha viajado mucho usted? -
A lo que el anciano respondió:
 - Sí -
- ¿Y ha estado usted en Damasco? -


Y al instante el anciano le habló de las estrellas que se ven desde la ciudad, de los atardeceres, de las gentes y sus costumbres. Le describió los olores y ruidos del zoco y le habló de las hermosas mezquitas de la ciudad.
- Todo eso está muy bien. - dijo el estudiante - Pero... habrá estado usted estudiando en la escuela de astronomía. -
El anciano se quedó pensativo y como si aquello no tuviese importancia le dijo:
 - No. -
El estudiante se llevó las manos a la cabeza sin poder creer lo que estaba oyendo:
 - ¡Pero entonces ha perdido media vida! -
Al poco rato el estudiante le volvió a preguntar: 
- ¿Ha estado usted en Alejandría? -


Y acto seguido el anciano le empezó a hablar de la belleza de la ciudad, de su puerto y su faro. Del ambiente abarrotado de sus calles. De su tradición, y de otras tantas cosas.
- Sí, veo que ha estado usted en Alejandría. - repuso el estudiante - Pero, ¿estudió usted en la Biblioteca de Alejandría?. -
Una vez más el anciano se encogió de hombros y dijo:
 - No. -
De nuevo el estudiante se llevó las manos a la cabeza y dijo:
 - Pero cómo es posible, ¡Ha perdido usted media vida!. -


Al rato el anciano vio en la otra punta del barco que entraba agua entre las tablas el barco. Entonces el anciano preguntó:
- Tú has estudiado e muchos sitios, ¿verdad?. -
Y el estudiante enhebró una retahíla de escuelas, bibliotecas y lugares de sabiduría que parecía no tener fin. Cuando por fin terminó el viejo le preguntó:
-¿Y en alguno de esos lugares has aprendido natación?. -
El estudiante repasó las decenas de asignaturas que había cursado en los diferentes lugares, pero en ninguna de ellas estaba incluida la natación. 
- No. - respondió.


El anciano, arremangándose y saltando encima de la borda dijo antes de tirarse al agua:
 - Pues has perdido la vida entera. -




domingo, 25 de diciembre de 2011

¡Feliz Navidad!



¡Casi no llego a tiempo para desearos a todos Feliz Navidad!


Pero la verdad es que este es, desde hace bastantes, uno de los años en los que no paso el día de Navidad en mi casa... Porque en cuanto me despertaron el sonido de las campanas de la iglesia que está en mi calle (a eso de las 12:30...) me puse en marcha para la operación "Ir a comer a casa de los abuelos", donde ya nos esperaban, a parte de ellos, mis tíos con las pequeñajas. 


La verdad es que con el empacho de anoche, poco apetecía comer hoy...pero no se podía hacer el feo de despreciar el consomé con fideos y el solomillo a la plancha de la abuela, ¡había que comérselo todo!.


Menos mal que después de volver a llenar el estómago sin que se hubiese vaciado por completo del día anterior, hemos salido a tomar un café y dar un paseo por unas calles que se antojaban vacías. El café lo necesitaba, porque mis párpados cada vez luchaban más contra el sentido de la gravedad, y el paseo porque sino el café no iba a poder hacer el trabajo él solito y me ha venido genial para despejarme.


Este año el día de Navidad ha sido más familiar que nunca...pero ha pasado sin pena ni gloria. Las calles estaban medio desiertas, ¿dónde demonios se ha metido toda esa gente que llenaba los bares y las cafeterías hace 3 o 4 años? ¿Tan mal están las cosas para no salir a compartir un poquito de espíritu navideño a las calles?.


Sea como sea, espero que aunque no haya dinero para salir a celebrar (aún más) el día de hoy, la gente lo haya pasado como yo: rodeada de gente que me quiere y a la que yo adoro!



PD: Me encanta esta imagen! Para ser navideña es.... diferente. Y aprovecho para decir que "Papa Nöel" me ha traído un pañuelo y un grano que se ve a 1 km de distancia... ¿alguien sabe dónde puedo escribir la hoja de reclamaciones?. Espero que con vosotros se haya portado mejor.



sábado, 24 de diciembre de 2011

Hoy es Nochebuena y mañana...



Navidad.


Así nos hemos plantado otro año en estas fechas que tanto me gustan....y tengo que decir que ha sido otro año más que pasa sin que yo me de apenas cuenta, como viene siendo la tónica habitual en los últimos años.
¿Cómo es posible que ya haya hecho un año desde las últimas Navidades? A veces creo que hacen magia negra con el tiempo, porque es que este año se me ha pasado en un abrir y cerrar de ojos!


Llegué hace 3 días a mi casa pues, como muchos sabéis, estudio en Madrid y soy de otro lado...así que en Navidades vuelvo a casa, como el turrón. Es increíble lo poco navideña que es mi familia, una cosa que me da pena. En mi casa si no me encargo yo de poner el árbol y las luces del balcón nadie se preocupa, e incluso mi madre se atreve a decir que si no pongo el árbol mejor porque así no tiene que barrer... ¡pero vamos a ver, que es una vez al año! ¿No puede tener la gente un poquito más de espíritu navideño? 


Aunque he de confesar que yo soy una auténtica fanática de estas fiestas: luces en las calles, las casas adornadas, los turrones y los mazapanes, las reuniones familiares extra, los regalos, el ambiente que se respira.... Hay quien piensa (y cada vez más gente) que todo es un invento de las tiendas para vender más, que las Navidades están rodeadas de falsedad por todos lados: donando dinero, poniendo buena cara, deseando el bien... pues  bueno, allá ellos, yo prefiero pensar que es una época en la que nos hacemos más conscientes de que somos humanos y si es como ellos dicen, ¡bendita falsedad! Así por lo menos la estúpida que me vende el pan tiene otro espíritu en estas fechas y hasta se atreve a desearme unas felices fiestas y no sé a vosotros, pero a mí eso me alegra un poquito el día.


Lo que también me gusta de estas fechas son las reuniones familiares y con amigos. Yo soy una persona muy familiar y, por suerte, tengo una familia en la que todos nos llevamos muy bien y nos gusta estar juntos, así que para mí estas fechas son un plus de poder disfrutar de abuelos, tíos y primos y encima ¡comiendo cosas ricas!. Me da mucha pena la gente que tiene una familia muy pequeña o que entre ellos no se llevan bien, porque cuando les hablo de la mía no entienden que pueda hacerme tan feliz el hecho de poder estar todos juntos, pero es así.... ¡me encanta mi familia! Y es un placer poder compartir estas fechas con todos ellos, a pesar de que algunos van faltando...


Esta noche toca una de esas reuniones familiares extra, con extra de comida (hasta llegar en muchos casos al empacho más extremo). Esta vez en casa de mi abuela paterna, a la que, entre otras personas, también se unen mis abuelos paternos, pues entre ellos se llevan genial y así ninguno tienen que cenar solos... ¿veis como mi familia mola?. Después de la cena hay que hace un poco de vida familiar y luego a compartir un trocito de noche con los amigos, que también merecen mención en este blog.


Así pues, os deseo a todos que paséis una noche fantástica rodeados de la gente que más queréis y que comáis mucho, ¡que para algo son estas fiestas! Ya nos ocuparemos de la operación bikini más adelante...







PD: Portaos bien, que esta noche viene Papa Noel!

lunes, 19 de diciembre de 2011

Si todo lo que pensamos se pudiera decir...



Un día de repente te levantas y notas que las cosas han cambiado, que ya no son iguales. Que por mucho que lo intentes sabes que van a seguir así, porque son cosas que se escapan de tu alcance.


Y luego empiezan a llegar a tu mente recuerdos pasados...al principio muy borrosos pero luchan por hacerse más nítidos con cada segundo que pasa, hasta que parece que puedes tocarlos con las manos. Esto es un problema, porque hay recuerdos que yo ya creía olvidados y parece ser que no. ¿Será porque no se ha cerrado el círculo? Mil veces me lo pregunto.


Una canción se viene a mi cabeza...es especial, tiene un significado. Compartido.


How do you fell? Taht is the question...

Y esa es la cuestión...cuestión que no sé qué responderme. Para mí es uno de los peores sentimientos del mundo, no saber qué se siente.


PD: Y si los romanos hubieran tenido whatssap....igual les habría resultado más fácil comunicarse con el César.



viernes, 16 de diciembre de 2011

¿No podían ser las cosas fáciles y ya está?



Es la pregunta que llevo haciéndome siempre de un tiempo a esta parte. Y es que si lo piensas… ¿por qué nos tenemos que complicar tanto las cosas? ¿O porque tienen que ser difíciles ya de por sí? ¿No pueden ser fáciles y ya está?

Mucha gente opina que si las cosas son fáciles no tienen gracia. Antes puede que yo incluso pensase igual, pero sinceramente estoy cansada, agotada de tener que luchar siempre contra todo para que me salga como yo quiero. Puede que sea porque es que siempre me tocan las cosas difíciles a mí, pero a pesar de eso, muy mal karma debo tener para que todo me salga tan jodidamente mal últimamente.

Me encantaría poder levantarme por las mañanas y pensar: venga María, que tienes un millón de motivos para seguir intentándolo. ¿Pero sabéis qué? Que ese millón de motivos se ha visto muy reducido, y ahora mismo poquitas cosas son las que me hacen levantarme con ganas todos los días.

En fin, supongo que no es más que una mala racha, y que de que pase el tiempo las cosas volverán cada una a su sitio… pero qué espera más larga hasta que todo eso llega!




miércoles, 9 de noviembre de 2011

Vacía


Digamos que estoy harta de ser la chica comprensiva. A la que todo asiente. La que escucha o lee detrás de una pantalla sin que haya un resquicio de preocupación por parte de la otra persona en mi ser.

Porque a lo mejor otra lo pasaría por alto, pero yo no.

Estoy harta de ser la persona servicial dispuesta siempre a todo a cambio de nada. Así es como se supone que debe ser: dar todo a cambio de nada por aquellos que te importan. Pero y qué. Lo que nadie te dice es que llega un punto en el que todo eso te satura, y en el que ya no eres capaz de darlo todo sin que tu mente espere algo, algo mínimo si me apuras, a cambio.

Estoy cansada de esas personas que sólo se centran en ellas. Que sólo cuentan cosas de su vida, relacionados con ellos: lo que hacen, lo que dejan de hacer, el por qué de esto y de lo otro. Y se supone que yo estoy entrenada para escuchar. Pero no sabéis lo que termina agotando eso… sobre todo si siempre escuchas a las mismas personas contarte cosas una y otra vez.

A veces me descubro pensando que me importa una mierda lo que me están contando. O que, sin darme cuenta, estoy pensando en otra cosa y no me he enterado de nada. Eso últimamente me pasa bastante a menudo.

Pero me da igual.

Ya todo me da igual.

Lo único que siento de mi es que se caen los pedazos que con tanto esfuerzo he ido construyendo estos años. Que en realidad, nada de lo que soy es de verdad… son simplemente fragmentos de lo que fui y de lo que me gustaría ser. Pero nada más.

Ya no hay nada. Estoy vacía.

martes, 8 de noviembre de 2011

Miedo al miedo



¿Habéis tenido alguna vez esa sensación en la que el miedo os hace un nudo en la garganta? ¿Que os paraliza durante segundo y no sois capaces de hacer nada más que sentirlo dentro de vuestro cuerpo?


Pues bien.....a mí me pasa eso con el amor.


Sí, con el amor. Miedo al amor. Miedo intento y profundo al AMOR. A que me quieran. A enamorarme. A dejarme querer y a dejarme cuidar.


Suena raro, ¿eh?


Pero entonces aparece ÉL y me dice que no hay que tener miedo...


Y yo me abandono y  sumergida en sus brazos y debajo de las sábanas de mi cama me dejo querer. Una y otra vez. Hasta que, de repente, un escalofrío recorre mi cuerpo y se me olvida hasta mi nombre. Y, sin más, ... el amor gana al miedo. Otra vez.











sábado, 5 de noviembre de 2011

Sobre la felicidad


'La felicidad está en la antesala de la felicidad', reza Eduard Punset.

Y aunque, he de confesar que este hombre no me produce demasiada simpatía, he podido comprobar en ciertos momentos de mi vida cómo esta frase se convierte en una especie de norma vital a seguir si lo que quieres conseguir es ser feliz.

Hubo una época de mi vida en la que poco más hacia que lamentarme de mi suerte, pero, ¿realmente hacía algo por cambiarla? La respuesta es no. Y como consecuencia a esa respuesta, la felicidad parecía  una causa perdida para mí. Pero bien sabéis – y si no es así, deberíais- que para ser feliz uno tiene que preocuparse de buscar esa felicidad.

Tomarte tu helado favorito una calurosa tarde de verano, ver esa película que te hace reír o llorar a partes iguales, hablar con un amigo del que hace tiempo que no sabes nada, leer un buen libro, darte un baño con agua calentita y mucha espuma, escuchar tú canción, ver reírse a carcajadas a un niño pequeño, que alguien me diga que me quiere, encontrarme dinero por la calle…

Son algunas de las pequeñas cosas que me hacen feliz y a las que, generalmente, no presto atención porque sé que “están siempre ahí”. Pero, ¿sabéis qué?....hoy he sido consciente de que no son menos importantes por estar siempre presentes.

Y esto lo digo hoy, 5 de Noviembre de 2011, día en el que lo más interesante que me ha pasado es que mi madre me traiga 2 kilos de mandarinas sólo porque sabe que me encantan. Y me ha hecho feliz. Y entonces he pesado: “¿por qué los humanos no somos capaces de darle más importancia a estos pequeños detalles que a las cosas grandiosas que, por paradójico que resulte, no suelen ocurrir casi nunca? O sea, esperamos cosas grandiosas para ser feliz: que nos toque el euromillón, una casa en la playa, encontrarnos un maletín lleno de dinero por la calle, aprobar sin estudiar….y lo gracioso es que la probabilidad de que esas cosas pasen es, cuanto menos, irrisoria.

¿Por qué el ser humano no se fija más en las cosas pequeñas?

Desde aquí hago un llamamiento a las personas que me leen: fijaos en los detalles que os hacen felices, aunque sólo sea durante un día,  y veréis que de esa forma os resulta mucho más fácil ser felices.

Y si no, siempre podéis volver a contemplar las cosas ostentosas como causantes de la felicidad.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Cuando la vida te da una patada en los ovarios


Y por desgracia, esa patada te devuelve a la realidad. Así de optimista empieza la entrada de hoy  [/ironía]. Y supongo que ahora me tocará contar el por qué de todo esto (y lo voy a hacer, sino no habría sido tan gilipollas tonta de hacer la entrada).

Como sabréis (y si no lo sabéis tampoco importa) estaba pendiente de que me dijesen si era admitida o no en un Máster que tenía pensado hacer desde Junio que eché la preinscripción. En Septiembre llamé por primera vez porque no sabía nada, cosa "lógica" porque ya se sabe que en verano las universidades cierran. Llamé por segunda vez hace 3 semanas y seguían sin saber nada, cosa que ya empezaba a mosquearme porque, sinceramente, creo que tantos meses son más que suficientes para saber si quieres aceptar o no a una persona...pero me callé. La tercera llamada ha sido esta mañana:

- Hola, perdona, es que todavía no sé nada del Máster y como las matrículas son en dos semanas, ya me parece raro.
- ¿Cómo te llamas?
- Soy ______________________
- Ah si.... pues lo siento, pero este año no has sido seleccionada para el Máster.
 (Silencio incómodo)
- Pero eso no quiere decir que no puedas entrar el año que viene. Yo te recomiendo que lo solicites nada más abrir el plazo, que suele ser por Marzo.
- Vale, gracias.


Pues nada, hoygan, me quedo sin hacer ese Máster y otros porque por esperar a que me dijesen si sí o si no he dejado pasar la oportunidad de apuntarme a otros. Pero no por nada, sino porque normalmente al hacer la preinscripción te piden X€, y no estoy dispuesta a perder mi dinero para que me pase como me ha pasado, que no me han cogido pero el dinero que pagué al solicitarlo tampoco me lo devuelven.

La verdad es que no me puedo creer la poca vergüenza que han tenido conmigo. Porque yo entiendo que la selección lleva su proceso y su tiempo, pero no me parece justo que esperen hasta el último momento para decirme que no me han admitido cuando saben que la mayoría de los plazos cerraban a finales de Septiembre. Y me he enterado porque he llamado yo, que sino, igual todavía estoy esperando creyendo que me van a aceptar. 

Podría haber sido un palo más grande todavía si no tuviese a mi alrededor a gente que se preocupa por mí y me intenta animar a toda costa. Sé que para ellos tampoco es fácil ver cómo lo que quería tanto se ha esfumado. Pero saben que soy una persona fuerte y que sabré sacarle partido a todo esto, de una forma u otra.


jueves, 13 de octubre de 2011

Ausencias



Hace tiempo que no publico, pero la verdad es que entre que no he tenido mucho tiempo y que la inspiración parece que me ha vuelto a abandonar…he preferido no hacer una entrada por hacerla y esperar a que llegase el momento en el que realmente tuviese ganas de escribir algo.

Esta entrada no es más que para expresar lo inmensamente feliz que soy ahora mismo. Estoy pasando por un momento de mi vida muy bueno, lleno de gente que merece muchísimo la pena…de esas personas que realmente tú quieres que estén a tu lado y no están porque sí, sino porque tienen algo que aportarme y viceversa. Siempre he sabido rodearme de gente increíble y, cuando me he dado cuenta de que alguien no era todo lo transparente que tenía que ser, esa relación se ha terminado, porque a mí no me gusta tener a gente en mi vida para que hagan un papel o simplemente para tener un amigo más en las redes sociales.

A parte de estar pasando por un momento bueno, también tengo que decir que es muy dulce. ¿Por qué? Pues porque como habréis podido imaginaros por entradas anteriores, ha llegado a mi vida una persona muy, muy especial. Digo ha llegado y está un poco mal dicho, porque ya llegó hace unos meses, pero quizá ahora puedo decir que de verdad esta persona ha entrado de lleno en mi vida, trasteándola de arriba abajo pero es una sensación que me encanta.

Quien me conoce sabe que en el tema “amor” lo he pasado un poco mal y los últimos 2 años han sido un vaivén de experiencias sin final feliz, quizá porque yo misma no me dejaba serlo. Pero ahora todo es distinto.

Estoy muy ilusionada en que todo salga bien y, pese a las dificultades que puedan existir en esta historia, yo tengo las pilas bien cargadas para hacer frente a lo que haga falta. Tengo mucha fuerza para seguir dando el 100% de mí, porque la verdad es que ÉL se lo merece.

Ya.Ahora.Siempre.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Hola Otoño


Ayer llegó (como cada 23 de Septiembre) el Otoño a nuestras vidas. Tengo que decir que he estado pensando si dedicarle una entrada o no, porque el Otoño es mi estación más odiada del año y no tenía claro si se merecía que le dedicase un poquito de atención, pero finalmente (y a falta de inspiración) aquí estoy, dándole la bienvenida aunque no nos llevemos nada bien.

Quiero creer que este Otoño me traerá muchas cosas buenas. Algunas las estoy esperando con muchísimas ganas, otras confío en que vendrán solas, pero por lo menos estoy cargada de positivismo para afrontar estos meses que nos quedan por delante. Y es que el que me conoce un poquito sabe que a mí las estaciones de frío y mal tiempo no me gustan nada, porque me ponen triste y melancólica…yo necesito despertarme y que al subir la persiana haya un sol de justicia que entre por la ventana.

Yo sólo espero que después de esta entrada, Otoño se porte un poquito bien conmigo y no me lo haga pasar muy mal con su frío, sus días lluviosos, sus colores feos y sus hojas caídas. Que a cambio me traiga mucha felicidad, muchos momentos compartidos con personas a las que quiero, un poco de suerte en ciertos aspectos de mi vida y que no me haga ponerme malita a menudo.


martes, 20 de septiembre de 2011

Magia


Y  te ves tomando algo con tus amigos de siempre en mitad de un bar que está casi vacío y pensando en ÉL. En que todo sería mucho mejor si él estuviese a menos de medio metro de ti, sonriéndote, acariciándote la cara con sus manos enormes o, simplemente, riéndose de cualquier gilipollez que se te hubiese ocurrido soltar en el momento.

Porque si hay algo que te gusta especialmente de él es el sonido de su risa. Cada vez que la escuchas te hace sentir grande, especial, como si teniendo su risa ya no te hiciese falta nada más. O como si todo lo demás no importase en absoluto.

Y, de repente, mientras estás pensando todo eso, recibes un mensaje en el móvil. Cada palabra que lees te hace dibujar una sonrisa cada vez más grande en tu cara. Es ÉL, recordándote por qué te gusta tanto, haciéndote sentir la mujer más especial de mundo y, he de decir, que a día de hoy pocos hombres lo han conseguido. Pero ÉL….ÉL tiene algo que le hace único.

Y te das cuenta de que, por muy complicado que pueda ser, esto no es sino el principio. Porque aunque él piense que tú tienes magia, se equivoca. Lo que tiene magia es todo esto, todos estos sentimientos son magia.



domingo, 18 de septiembre de 2011

Y lo cierto es que, por las noches, cuando apago la luz y todo queda en un oscuro silencio, todavía me quedan unos minutos para dedicarte.


Como cada noche, te busco a tientas por mi cama y lo único que encuentro es, otra vez, la desesperación de saber que no vas a calentar mis sábanas.


lunes, 12 de septiembre de 2011

La montaña rusa de las emociones


Mi corazón está cansado de montarse en montañas rusas. A veces muy arriba, casi tocando el cielo con las yemas de los dedos…esa sensación embriagadora de que nada puede salir mal, de que está justo donde quiere estar. Otras veces casi rozando el suelo.

Hace un tiempo pensaba que había bajado para siempre de esa montaña rusa. Mi corazón entró en “Stand by” una época, no sentía nada y, si lo hacía, se paraba cada 2 minutos. Pero parece ser que estaba haciendo tiempo para volver a subirse en un vagón, el problema es… cuando sientes que estás  más veces rozando el suelo que el cielo.


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mi última semana del verano

Hoy empieza para mí la última semana del verano. Soy de un pueblecito donde el verano se vive intensamente, por aquello de que nos morimos de calor cuando el termómetro roza los 40ª y porque, por suerte, si tenemos algún día nubloso o con lluvia en el verano tenemos que dar gracias. Pero aquí el verano no dura ni mucho menos hasta el 23 de Septiembre, sino que se acaba mucho antes, concretamente, el Domingo de la segunda semana de Septiembre.

Aquí las fiestas (y por consiguiente, la feria) empieza en la segunda semana de Septiembre. La verdad es que es una fecha malísima por dos motivos principales: 1. La mayoría de los estudiantes no pueden disfrutarla como deberían porque o bien están estudiando para los exámenes de Septiembre o se van marchando al lugar donde estudian, y 2. Porque empieza a hacer un frío de coj**** por las noches y eso de ir con tu vestidito monísima de la muerte se torna una misión imposible; hay años que hasta recuerdo haber llevado un foulard porque si no era insoportable estar por la feria con la rasca que hacía.

Una vez que pasan las fiestas, el pueblo parece que muere un poquito: los forasteros que han venido a pasar las vacaciones se van, ya no hay tanta gente por la calle, los niños empiezan el colegio y el aire se carga de cierta monotonía con la vuelta a la realidad, al trabajo y a los quehaceres.

Los días empiezan a ser más cortos, a las 8 de la tarde ya casi no se ve y hay que encender la luz del salón si no quieres quedarte ciega. Cuando sales a la calle tienes que llevarte una chaquetilla, “por si acaso”, de llevar sandalias mejor ni hablamos: se te congelan los deditos de los pies. Y así, poco a poco, es como va llegando el Otoño aquí, de una forma un poco más anticipada a lo que marca el calendario.

Y  pese a que la mayoría de mis veranos son aburridos y cuando pasan unas semanas de vacaciones estoy deseando volver a la rutina, ¡no quiero que llegue el frío!, ¡quiero que el verano dure hasta principios de Octubre! Porque yo soy una persona que odia el frío con todas sus fuerzas, ¡quiero calor pegajoso!.

Pero creo que, irremediablemente y por mucho que me niegue a aceptarlo, el verano se acaba. Otro más. Y otro más que me quede con la sensación de haberle saludado con la mano mientras le veía pasar.


domingo, 4 de septiembre de 2011

Báilame el agua

Báilame el agua.
Úntame de amor y otras fragancias de su jardín secreto.
Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor.
Sácame de quicio.
Llévame a pasear atado con una correa que 
apriete demasiado.
Hazme sufrir.
Aviva las ascuas.
Ponme a secar como un trapo mojado.
No desates las cuerdas hasta que sea tarde.
Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, 

que no sea tuya ni mía, que sea de todos.
Líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Sacrifica tu aureola.
Perdóname.
Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora.     
No me arrastres.
No me asustes.
Vete lejos.
Pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Sangra mi labio con sanguijuelas de colores.
Fuma un cigarro para mí.
Traga el humo.
Arréglalo y que no vuelva a estropearse.
Échalo fuera.
Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.
Sueña retorcido.
Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.
Dame la llave de tus oídos.
Toca mis ojos abiertos.
Nota la textura del calor.
Hasta reventar.
Sé yo mismo y no te arrepentirás.
¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos.
Yo te enviaré a los míos.
Píllate los dedos.
Los lameré hasta que no sepan a miel.
Hasta que no dejen de ser miel.
Sal, niega todo y después vuelve.
Te invito a un café.
Caliente claro.
Y sin azúcar. Sin aliento.

*Poema de Daniel Valdés. Pertenece a la película "Báilame el agua"

viernes, 2 de septiembre de 2011

Esto es la guerra

A veces tengo una sensación de que estoy viviendo una guerra continua. Y lo peor de todo, es que esa guerra no es externa. Yo soy un soldado y tengo que luchar pero…¿sabéis lo complicado que es eso cuando tu objetivo no es más que un concepto abstracto?.

Porque sin pensarlo dos veces podría apuntar al ente físico que lo sostiene, pero entre nosotros…sabemos que eso no va a garantizar una victoria. Porque lo que habita dentro es más fuerte que todo el muro que lo rodea. Tanto que ante el primer disparo, ese pequeño hijo de puta se revuelve y me planta la cara tan cerca que casi puedo verlo por dentro. 

Pero eso no es fácil. Nadie puede verlo por dentro. Ni siquiera yo que soy su dueña. No se deja ver por una razón: la única vez que se dejó, le cortaron las venas y se convirtió en hielo. Y ahora si pones la mano encima de la parte izquierda, notas que esa zona nunca está caliente. Como mucho, templada.

Y bien sabe él que quiero ganarle la batalla. Pero a veces no me lo pone fácil. Me pregunto qué hará cuando sepa que somos dos, y no uno, los que vamos a intentarlo esta vez.


domingo, 28 de agosto de 2011

Que no tengan corazón


Había una vez una princesa que vivía en un palacio muy grande. El día en que cumplía trece años hubo una gran fiesta, con trapecistas, magos, payasos... Pero la princesa se aburría. Entonces, apareció un enano, un enano muy feo que daba brincos y hacía piruetas en el aire. El enano fue todo un acontecimiento.

"Bravo, Bravo", decía la princesa aplaudiendo y sin dejar de reír. Y el enano, contagiado de su alegría, saltaba y saltaba, hasta que cayó al suelo rendido. "Sigue saltando, por favor" dijo la princesa. Pero el enano ya no podía más. La princesa se puso triste y se retiró a sus aposentos...

Al rato, el enano, orgulloso de haber agradado a la princesa, decidió ir a buscarla, convencido de que ella se iría a vivir con él al bosque. "Ella no es feliz aquí" pensaba el enano. "Yo la cuidaré y la haré reír siempre". El enano recorrió el palacio, buscando la habitación de la princesa, pero al llegar a uno de los salones vio algo horrible. Ante él había un monstruo que lo miraba con ojos torcidos y sanguinolentos, con unas manos peludas y unos pies enormes. El enano quiso morirse cuando se dio cuenta de que aquel monstruo era él mismo, reflejado en un espejo. En ese momento entró la princesa con su séquito.

"Ah estas aquí ¡Qué bien! Baila otra vez para mí, por favor". Pero el enano estaba tirado en el suelo y no se movía. El médico de la corte se acercó a él y le tomó el pulso. "Ya no bailará más para vos, princesa" le dijo. "¿Por qué?" preguntó la princesa. "Porque se le ha roto el corazón". Y la princesa contestó: "De ahora en adelante, que todos los que vengan a palacio no tengan corazón".



*Texto sacado de alguna parte. No es creación mía, pero me encantó.

sábado, 27 de agosto de 2011

En noches como esta...


Estoy tumbada en mi cama. Noto como las sábanas se enredan con mis piernas de tantas vueltas como he dado desde que me acosté. La última vez que miré el reloj eran casi las 4 de la mañana. Ahora son las 4:08 y, joder, no parece que hayan pasado sólo 8 minutos desde entonces. La única luz que entra en mi habitación es la de la farola que está al lado de mi balcón; me gusta dejar la persiana ligeramente subida y que entre esa tenue luz anaranjada por ella, me da sensación de tranquilidad.

Empiezo a recordar nuestras conversaciones; inocentes a veces, no tanto muchas otras, pero siempre sinceras. Estoy intentando dejarme conocer y no salir corriendo como las veces anteriores, algo que dice que confíe, que no tenga miedo…pero si lo pienso demasiado, me entran ganas de huir en la dirección contraria a los sentimientos que me provocas.

Me abrazo a la almohada intentando que un poco de su calor me traspase, como si en realidad, fuese a ti a quien estoy abrazando en lugar de a ese trozo de tela que tanto me ha aguantado en noches como esta.

Y de repente, cierro los ojos y empiezo a soñar, tanto que cuando los abro, te busco al otro lado de la cama. Pero no estás. No te encuentro. Lo único que queda de ti son mis ganas de mirarte a los ojos y decirte todo lo que no puedo. O no me atrevo.

Irremediablemente me levanto, y mientras camino en dirección a la cocina un pensamiento no para de taladrar mi cabeza:  Me estás rompiendo los esquemas.


jueves, 25 de agosto de 2011

Cosas que deberías hacer


Corre. Sonríe. Grita. Emociónate. Quiere. Llora. Pierde la cabeza. Y recupérala. Mójate. Salta. Lucha. Vuela. Juega. Ríe a carcajada. Escucha. Enamórate. Decide. Duerme. Baila. Confúndete. Espera. Y desespera. Viaja. Sueña. Piensa. Confiesa. Equivócate. Ofrece. Despierta. Susurra. Elige. Besa. Sal a pasear. Canta. Desnúdate. Discute. Y reconcíliate. Abraza. Lee. Crea. Interésate. Déjate llevar. Siente. Estudia. Bebe. Confía. Cree. Sufre. Libérate. Haz el amor. O folla. Olvida. Entiende. Suspira. Habla. Protégete. Gana. Inténtalo. Agradece. Necesita. Escribe. Fuma. Odia. Vaguea. Conversa. Vuélvete loco. Duda.


Pero, ante todo….VIVE.



lunes, 22 de agosto de 2011

Como en una película


Desde aquel banco en el parque todo parece diferente. A lo lejos, una pareja de ancianos pasea cogidos de la mano como si aquella vez fuese la primera vez que tuvieran una cita. No puedo dejar de sentir cierta envidia por ellos y, rápidamente, comienzo a imaginarme cómo será su vida: viven  en una casita en mitad del campo. Él se dedica a cuidar de su esposa y se encarga del pequeño huerto que tienen en la parte trasera de la parcela. Ella se levanta muy temprano, hace la comida y cuida de las flores que rodean con encanto aquella casita que comparten.
Han de tener, por lo menos 15 nietos, a los que miman y consienten a partes iguales. Las Navidades en esa casa son una locura, aunque a ellos les encanta compartir momentos con todos los suyos.

De repente, me sorprendo pensando que, hoy en día, es una suerte que sigan quedando parejas así. Que después de tanto tiempo se sigan mirando de esa forma tan dulce  es, sin duda, algo excepcional.

Cerca de mí, puedo escuchar la risa de un niño mientras su padre le  hace cosquillas. El mayor milagro que tiene la vida, es la capacidad que nos da de poder crearla. Y no me refiero sólo a la de aquel niño, que me llama la atención por esos ojos tan abiertos que tiene, dando la sensación de que no quiere perderse ni un minuto lo que está sucediendo a su alrededor, sino por todo lo que somos capaces de crear. Su padre le mira con amor, como si aquello fuese el mayor regalo que podría haber recibido. Y pienso que es extraño que hoy en día, sea un padre y no una madre, la que comparta ese momento con aquella personita de ojos absortos.

Mientras contemplo aquella estampa, una chica juega a tirarle una pelotita a su perro. Es un West Highland realmente bonito. Me encantan esos perros, con sus orejitas tan pequeñas, ese rabito tan gracioso y unos ojos ocultos tras un leve flequillo. Cada vez que le lleva la pelota a su dueña, suelta ligeros ladridos pidiendo que vuelva a lanzarla otra vez y hace un sprint hasta que vuelve a atraparla con sus dientecillos.

Y yo…yo sólo consigo ver las cosas como si sucedieran a través de una película. Como si sólo fuese una mera espectadora. Y no dejo de darme cuenta de que, mientras estoy sentada en aquel banco, alguien construye para mí una escena desde su lado del parque.


viernes, 19 de agosto de 2011

Tostadas


Me gusta despertarme y que al abrir la puerta de mi habitación el pasillo huela a tostadas. Conforme avanzo en la oscuridad de éste, me vienen a la mente los desayunos de no hace tantos años, cuando en esta casa todavía compartíamos algo más que el simple techo.

Cuando llego a la cocina no hay nadie sentado en la mesa. Parece que el olor se ha quedado concentrado de hace escasos minutos. Pero da igual, porque huele a tostadas. Como aquellas que nos hacía la yaya cuando nos quedábamos a dormir en el chalet. Esas que sabían mil veces mejor que cualquier otras porque las preparaba con todo el cariño del mundo. “Para tu tío le la que lleva mermelada de melocotón” , me decía, sábado tras sábado, domingo tras domingo. Desde que él se fue, ya nunca hay tostadas para desayunar.

Puede parecer sencillo, pero por más que intento que las tostadas me sepan como hace unos años, no consigo que mis desayunos sean como antes. Ahora cuando como tostadas, me doy cuenta de cómo ha cambiado todo, y de que, por desgracia, las cosas ya nunca serán como antes, ni siquiera los desayunos.


miércoles, 17 de agosto de 2011

Feel no pain



Dicen que a través de las palabras
el dolor se hace más tangible
que podemos mirarlo como a una criatura oscura
Tanto mas ajena a nosotros
Cuando más cerca la sentimos

          .............

 



Letra sacada de la canción "Ni estabas ni estarás" de Nach. Podéis escucharla aquí

lunes, 15 de agosto de 2011

Un poquito de mí...


Me encantan las películas de dibujos animados, son las únicas que consiguen evadirme de la realidad cuando tengo algún problema. Mis chicles favoritos son los de menta. No soporto tener los pies fríos, pero no puedo dormir con calcetines. Tampoco con la parte de abajo del pijama, sea verano o invierno. Una cualidad mía que es a la vez virtud y defecto es la sinceridad; a lo largo de mis 23 años me ha causado problemas. Dos defectos: mi orgullo y mi cabezonería. Dos virtudes: el optimismo y el saber escuchar. No creo en nadie salvo en mí misma, y a veces, me cuesta. No puedo tener un color favorito, me gustan todos menos el marrón. Una de mis pasiones es la lectura, si el libro me engancha puedo estar horas y horas enfrascada en sus líneas. Mi comida favorita es la pasta (cualquier tipo) y los huevos fritos con patatas. Siempre he sido un poco patosa, de pequeña iba siempre llena de heridas de guerra. Me gusta la naturaleza, pero prefiero la playa a la montaña. Otra de mis pasiones es dormir. En verano lo que más me gusta a hacer es tumbarme a tomar el sol, soy más de secano que de estar metida en la piscina o la playa. Tengo mucho carácter, que mezclado con una chispa de impulsividad dan lugar en ocasiones a situaciones desagradables. El día de mañana me gustaría casarme y tener niños…¿cuántos?; por lo menos 2 o 3, para no aburrirme. Me gusta tomarme la vida con sentido del humor, que a veces la gente no entiende. Me considero muy amiga de mis amigos, y no les fallo así como así. Mi helado favorito es el de stracciatella, aunque no le hago ascos a ninguno…me encantan. Tengo una pasión oculta (o no tan oculta…) a los complementos: bolsos, pañuelos, pendientes, colgantes, relojes, etc. Si alguien me decepciona, es difícil que pueda volver a ganarse mi confianza. Me gusta acostarme a las tantas, siempre he dicho que soy más de noche que de día. Soy algo celosa cuando alguien me gusta de verdad. Me gustaría poder viajar a un montón de sitios distintos, cada uno tiene su encanto. Pienso que en esta vida, cuando se presentar oportunidades no hay que dudar en aprovecharlas. Dicen de mí que tengo una mirada interesante, y a mí me gustan  mis ojos. Si tengo que decirle algo a alguien, no me gusta andarme con rodeos: las cosas mientras más claras, mejor. Me gusta tanto salir de fiesta como disfrutar de una noche a solas tirada en la cama viendo una película. No me cuesta dejarme conocer, pero si veo algo en la otra persona que no me gusta, me cierro en banda antes de que sea tarde. Soy adicta a las nuevas tecnologías y a las redes sociales. A veces mi estado de ánimo es como una montaña rusa.


*Idea sacada del blog de Wind: http://awindstory.blogspot.com/

sábado, 13 de agosto de 2011

Después de la tempestad...


Sin pensarlo, aquella noche se volvió a acercar a tantos recuerdos que habían quedado grabados en líneas de versos dedicados.

 Durante esa época podía acariciar con los dedos aquellos días compartidos. Saborear tantos y tantos besos que se dieron en la oscuridad de una habitación. Incluso sentir el pulso palpitante en las heridas que se abrieron cuando llegó la tempestad.

Pero algo había cambiado en este tiempo:  ya no sentía nada.

Recordó en ese instante las noches que, mientras leía esas mismas líneas, su vista se había vuelto borrosa debido a la rabia, a la decepción y a la tristeza. A los sentimientos encontrados. A las promesas rotas. A las miradas vacías.

Pero ahora estaba aliviada, porque ya  no se movía nada dentro de ella. No sentía ni dolor, ni rabia, ni alegría, ni amor. No había nada.
Y es que como se suele decir…después de la tempestad, siempre llega la calma. Aunque tarde en llegar, siempre llega.



martes, 9 de agosto de 2011

Santiago de Compostela

Hace unos meses vino a visitarme a Madrid una de mis mejores amigas, que, por desgracia, vive bastante más al norte que yo y los kilómetros unidos a la falta de presupuesto hace que no nos podamos ver tanto como queramos. Desde la última vez que vino, hace unos meses como os he dicho, hacía ya casi un año y medio que no nos veíamos; fue cuando yo cogí por primera vez un avión y fui a Santiago de Compostela. Era la primera vez que montaba en un avión y era un manojo de nervios! Por una parte, porque era la primera vez que volaba y estaba un poco “acojonadilla” y, por otra, porque hacía ya como dos años que no la veía!!! Por suerte todo el viaje fue muy bien, me lo pasé genial y la verdad es que no tuve mucho tiempo de ver la ciudad pero le prometí que tenía que volver.

Cuando estuve allí, le dije que a ver cuando veía a verme a Madrid, que en avión son 40 minutos y siempre había alguna oferta mediante la cual el billete salía tirado de precio….y por fin, en Marzo de este año, tuve la enormísima suerte de tenerla en mi casa, ¡nada menos que 5 días! Aunque para qué mentiros, cuando estás tan a gusto con una persona, te lo pasas tan bien, tienes risas mil, os cachondeáis de todo y más…el tiempo pasa volando. Cuando nos despedimos en el aeropuerto prometimos que no pasaría tanto tiempo hasta que nos viésemos la próxima vez, porque pillando los billetes tan tirados de precios, es para matarnos que no nos veamos más a menudo. Así que yo, que siempre suelo cumplir mis promesas, le dije que para principio de curso me tendría por allí.

Y sí, señores, ¡me voy a Santiago de Compostela en Octubre!

Anoche, por curiosidad, me metí en la página de cierta compañía aérea con precios Low Cost (no voy a hacerles publicidad, que a mí no me pagan, tss) y encontré, de oferta, un vuelo Madrid- Santiago por….tachán, tachán…¡¡8 euros!!. Con ese precio, ¿quién no se va?. Tuve mucha suerte, porque la promoción era hasta las 12 de la noche de ayer, y cuando yo lo miré (y finalmente compré) eran ya las 11 pasadas…¡era una señal!, así que lo compré. En total, se me ha quedado el billete en unos 33 euros, nada mal para ser ida-vuelta.

Todavía quedan 2 meses, pero tengo unas ganas de subirme a ese avión que no os podéis imaginar…. Esta vez quiero aprovechar más el tiempo para conocer la ciudad, porque la anterior vez que fui, ¡no tuve tiempo ni de ir a ver la catedral! Digamos que mi visita fue más bien nocturna que diurna. Me gustaría 
pasear por la ciudad, ir a rincones típicos, ver sitios…aunque tampoco hay que olvidarse de salir de fiesta.


Mientras llega el momento, yo seguiré pensando cómo meter toda la ropa que me voy a llevar un equipaje de mano! xDD

Foto preciosa de la Catedral de Santiago de Compostela




lunes, 8 de agosto de 2011

Momentos que repetiría



El otro día tirada en el sofá viendo la TV, por un programa me vino a la cabeza qué momentos volvería a vivir sin ninguna duda. A pesar de las consecuencias que conllevaron, o de cómo estén las cosas ahora mismo, hay circunstancias en la vida, instantes, que siempre quedan grabados y cuando te acuerdas de ellos piensas: “lo que daría por repetirlo”.

Rápidamente a mi cabeza llegaron millones de esos momentos como, por ejemplo, el día que España ganó el mundial y la celebración que conllevó….todavía lo recuerdo hoy y se me ponen los pelos de punta ; el nacimiento de mi ahijada Pilar, que no dejó indiferente a nadie; el día que puse en pie en la facultad de Psicología de la UCM por primera vez, no teniendo muy claro si iba a quedarme allí 5 años, si saldría como psicóloga o todas mis expectativas se quedarían por el camino;  la primera vez que me acosté con esa persona que fue especial durante mucho tiempo, aunque tarde, pero para mí fue el momento ideal; el día que fui a la Warner con, por aquel entonces, dos de mis mejores amigos...qué voy a decir, me encantan los parques de atracciones y creo que he visitado la mayor parte de los que están en España; las veces que me siento en mi sofá con un café o una bolsa de chuches; la sensación de despegar en un avión y verlo todo pequeñito desde arriba, porque, además, fue un viaje que hacía muchísima ilusión a una ciudad muy especial; cuando en un bingo me tocaron casi 400 euros el día de mi 18 cumpleaños;  la excusión de fin de curso a Barcelona en bachillerato: el paseo por las ramblas, el hotel de Salou con sus duchas de agua fría, el día en Port Aventura, las horas de autobús…


Y así podría seguir, y seguir, porque aunque hay veces en las que la vida no te sonríe yo soy de las que siempre tienden a quedarse con lo mejor, porque soy de la opinión de que bastantes cosas malas hay como para encima pensar en ellas. Quizá el querer ser tan optimista a veces me ha traído problemas, pero tengo claro que voy a seguir siendo así mientras pueda, sonriéndole a la vida aunque ella no lo haga conmigo.



viernes, 5 de agosto de 2011

Feliz cumpleaños!

Hoy cumple años una personita muy especial, tanto para mí como para toda la familia, mi ahijada Pilar que  hoy hace 3 añitos! 

Llegó en un momento en el que a la familia nos hacía mucha falta, ya que hacía escasos meses antes de que naciera nos dejó otra persona muy especial para irse al cielo y convertirse en una estrella más. Pilar llegó y repartió ilusión a la familia, esperanza, ganas de ver crecer a esa bolita de carne que era entonces y, a mis abuelos, les dio un poquito más de fuerza para afrontar el día a día, que por aquel entonces no tenían muchas.

Antes de verla en su cuna en el hospital, yo ya tuve la oportunidad de disfrutar del momento del parto… ¡benditos móviles con MMS! Desde ese momento la verdad es que supe que iba a ser mi ojito derecho. Y así fue. Meses después, mi hermano y yo fuimos los elegidos para ser sus padrinos y yo estaba que no cabía en mi de la ilusión aunque en realidad eso no sirva para casi nada.

No estoy con ella tango como me gustaría, porque estudio en Madrid y la veo en vacaciones y alguna vez que otra cuando me escapo, y me da mucha pena perderme todas las cosas que aprende día a día porque los niños a estas edades son como esponjas. Me gustaría poder estar más tiempo con ella, pero por lo menos me queda el consuelo de que el tiempo que estoy lo aprovecho.

A día de hoy es una niña sana, feliz y muy, muy, muy bicheja. Hace las mayores trastadas que uno se podría imaginar y con esa lengua de trapo que tiene, cualquiera no se ríe! Para los 3 años que tiene, es una niña muy viva y muy inteligente, además de preciosa. Qué voy a decir yo...



Mañana vamos a celebrar su cumple por todo lo alto, tal y como se merece una niña tan tan especial como ella. Yo ya le he comprado mis regalos y, aunque mi madre se enfade porque dice que no tengo por qué gastarme tanto dinero en una niña tan pequeña, no puedo remediarlo y al final siempre acabo cayendo en la tentación de comprarle cualquier cosa. Este año encima le he comprado 2 regalos! Me muero de ver la cara que pone cuando los abra…



Este post va dedicado a ella, porque es mi chiquitina y la quiero un montón!
Muchas felicidades y que cumplas muchísimos más!

martes, 2 de agosto de 2011

Pasión por los libros

Desde pequeña me vienen imágenes a la mente de estar tirada encima de mi cama con la compañía de un buen libro y el tic-tac de las agujas de un reloj a las tantas de la mañana. A veces, como sigue pasando hoy en día, mi madre se desvela y al ver luz a través de la puerta entra para echarme la regañina: “¡A estas horas y todavía despierta María!¿No te acuestas ya, hija?” . Esas suelen ser sus palabras cuando a las 5 de la mañana yo sigo danzando despierta por mi casa.

Nunca he visto como una tortura el hecho de tener que leerme un libro, porque si bien algunos no han sido santo de mi devoción, al final siempre le acabo cogiendo cariño a los personajes, a la trama, y al libro en sí…tanto que cuando me los termino se me queda cierta sensación de “vacío” al pensar que aquellos personajes que he odiado o amado no van a acompañarme otra noche más. Pero no importa, porque cuando un libro se acaba otro llega a mis manos en su lugar. Y es que yo soy así, prefiero la compañía de un buen libro antes que una película…no es tanto así con las series, pero esa es otra de mis aficiones que ya os contaré un día.
Ha habido épocas en las que he abandonado un poco la lectura porque me resultaba imposible dedicarle apenas unos minutos. Tenía trabajos que hacer, cosas que estudiar y el poco tiempo libre que me quedaba lo dedicaba a otras cosas. Pero a pesar de eso, siempre ha vuelto a mí algún libro que me ha devuelto las ganas y la inquietud de devorar sus páginas.

En verano, como ahora, aprovecho que estoy en el pueblo para visitar la biblioteca y ahorrarme un dinerito comprando libros, aunque para qué mentir, a mí me encanta perderme entre los pasillos de la Fnac, El Corte Inglés o La Casa del Libro y mirar y requetemirar hasta que me decido por uno en concreto…pero la economía no da para tanto. El problema de la biblioteca es que los ejemplares más novedosos no los traen y los que lo son casi siempre están prestados, así que tengo que conformarme con lo que hay, cosa que no me disgusta porque así he descubierto libros que por mí misma a lo mejor no había leído.
Siempre he dicho que a mí, uno de los mejores regalos que se me puede hacer es un libro, porque sin duda lo voy a disfrutar. A veces incluso he llegado a leerme dos y tres veces algunos de los que ocupan la estantería de mi casa y siguen teniendo su magia.

Hace un par de días he terminado de leerme “El Ocho” de Katherine Neville y ayer cayeron en mis manos “El médico” de Noah Gordon y “La bruja de Portobello” de Paulo Coelho… y casualidades de la vida, hoy al ir de compras con mi madre he conseguido otros dos más: “El Fuego” que es la continuación de “El Ocho” (no sabía que existiera una segunda parte, ¡ha sido toda una sorpresa!) y “El cuento número trece”. Estoy deseando leerlos todos!


Pd: Espero no haber sonado muy pedante con esta entrada, es sólo parte de mi frikismo interior xD.

sábado, 23 de julio de 2011

Mi mejor verano

Si echo la vista la atrás e intento recordar mi mejor verano, un montón de recuerdos se agolpan, sin dejarme decidir cuál fue el mejor de todos. También he de decir que, exactamente, no podría elegir un verano en concreto, pero sí sé que mis mejores veranos los he pasado entre los 7 y los 12 años.

Cuando yo era más pequeña, mis veranos los pasaba casi en su totalidad en el chalet que tienen mis abuelos, un lugar maravilloso para perderse de la civilización (aunque tengo que reconocer que  más antes que ahora, ya que han construido muchos chalets alrededor y no es lo que era).

Al pensar en aquellos veranos, me vienen a la mente muchísimas cosas: largos paseos con la bicicleta, caminatas hasta el arroyo para cazar renacuajos o cangrejos, baños nocturnos a escondidas en la piscina, ayudar a mi abuelo en el huerto, ir recogiendo capullos de amapola para luego jugar a adivinar de qué color sería la flor que había dentro, tostadas con mantequilla y mermelada para desayunar, la caza de las lagartijas, montarme en los columpios que nos puso mi abuelo, el estar todo el día en bañador….. Pero, sobre todo, me acuerdo de la persona que era mi compañero de fatigas: V.

V era un año mayor que yo, y nos conocíamos porque sus padres y mis abuelos siempre habían tenido el chalet uno al lado del otro y tenían relación. No recuerdo exactamente el momento en que empecé a llevarme con él, pero cuando pienso en mis mejores veranos tengo claro que V siempre aparece en ellos. Recuerdo un episodio en el que V y yo cazamos un montón de ranas pequeñas! Luego nos fuimos a un descampado y en la tierra hicimos un circuito para ellas (ingenuos de nosotros, al final se nos escaparon todas). Nuestras carreras con las bicis tampoco se merecen el olvido, así como nuestras peleas repentinas…ahora que lo pienso, parecíamos un matrimonio.

Siempre estábamos juntos. Cuando V llegaba, iba al chalet de mis abuelos y planeábamos el día, es curioso pero siempre teníamos algo que hacer. Nunca nos aburríamos.

También merece mención las meriendas veraniegas que me preparaba mi yaya. He de decir que mi yaya es de esas típicas abuelas que te meten la comida hasta por las orejas…incluso cuando uno se propone no comer más, llega ella con algo y por narices te lo tienes que comer. Desfilan ante mí ahora mismo esos ricos sándwich de nocilla, las galletas con leche, los cereales de mil y una clases, los helados…¡qué tiempos en los que una podía comer lo que le diera la gana!.


En general, cuando pienso en esos veranos me veo a mí misma como una niña muy feliz, que disfrutaba de cada cosa que tenía a su alcance. Y ahora, en este momento, me doy cuenta de que lo que prevalece siempre en los mejores recuerdos son los pequeños detalles, aquellos que contienen la esencia de las cosas.



Solo me queda esperar que se sigan sumando “mejores veranos” a aquellos que ya tengo…






PD: Dedicado a V, por lo importante que fue durante algunos años de mi vida.

*Gracias a Bolboreta por la idea....podéis echarle un vistazo a su blog aquí