Y lo cierto es que, por las noches, cuando apago la luz y todo queda en un oscuro silencio, todavía me quedan unos minutos para dedicarte.
Como cada noche, te busco a tientas por mi cama y lo único que encuentro es, otra vez, la desesperación de saber que no vas a calentar mis sábanas.
y lo ancha que vas a dormir...eh
ResponderEliminareso no te lo quita nadie.
Si alguien tiene que merecer nuestras sábanas,
esté usted segura que llegará.
Espero que me lo cuente,
yo también se lo voy a contar.
Hasta entonces
disfrutemos de la cama
solo para nosotros,
solo para soñar...
besos