martes, 17 de abril de 2012

Hay que tomar decisiones


Todos los días, desde que nos despertamos, nuestra mente  es un cruce de caminos convertidos en decisiones: ¿me levanto de la cama?¿Qué desayuno hoy?¿Y qué ropa me pongo?¿Doy los buenos días a esa persona que últimamente es más especial que nadie en mi vida o me hago la dura y espero a que me salude él? ¿Me compro esos pantalones rojo sangre que puede que me hagan el culo más gordo o los negros que disimulan más las curvas?

No hay día en que una sola persona de este mundo que ya ha alcanzado cierta consciencia sobre su persona que no se tomen decisiones, y eso acaba siendo un proceso sumamente agotador cuando te das cuenta de que lo estás haciendo… porque hablan de libertad, y yo me siento mucho menos libre cuando tengo que decidir algo que si simplemente me dejo llevar. Claro que eso la mayoría de las veces nunca es posible. Hay que decidirse… pero ¿qué pesa más, el corazón o la razón?

El domingo tomé una de las decisiones que menos me han gustado de los últimos meses: el darle a una persona la posibilidad de marcharse de mi lado. Fue una decisión racional, porque si hubiese hablado mi corazón, las cosas habrían sido distintas… pero era lo que tenía que hacer.

Si alguna vez habéis tenido que tomar una decisión semejante, entenderéis de lo que hablo. Y comprenderéis a la perfección la mezcla de sentimientos y emociones que tengo ahora mismo impregnados por el cuerpo… ¿Por qué tomar una decisión así si puede que sea algo fatal, sin retorno? Pues porque cuando ya te encuentras en un punto sin retorno, tienes que acudir a medidas drásticas para ver si la cosa evoluciona o se estanca.

¡Qué difícil es esto de tomar decisiones!

Sobre todo cuando no sabes si has hecho lo correcto… creo que eso no se puede saber hasta que pasa el tiempo. Y os mentiría si os dijera que no estoy deseando que pasen los días para ver si hice bien o hice mal, porque ahora mismo, lo único que se, es que a mí me está sirviendo para darme de que echo de menos nuestros momentos. Le echo de menos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario