viernes, 22 de abril de 2011

Cuando menos te lo esperas



A veces las cosas simplemente pasan. Sin planearlas. Sin esperarlas.


¿Cuántas veces he imaginado cómo sería todo si las cosas volvieran a la “normalidad”? Miles. Qué digo miles….millones. Pero nunca había tenido ese valor de intentarlo, por miedo a una negativa quizá, o tal vez por temor a comprobar que ya nada es como antes.


Pero pasa que aunque las cosas ya no vuelvan a ser como eran no importa, porque puede que ahora sean muchos mejores o, sencillamente, que sean como tenían que ser.





Parece que anoche los planetas se alinearon y me han dado la oportunidad de hablar las cosas con personas con las que tenía cuentas pendientes. Ya no digo arreglar la situación en toda su complejidad porque precisamente es demasiado complicada como para que todo vuelva a la normalidad de un día para otro, pero sí para, por lo menos, tener la oportunidad de intentar recuperar cosas que daba por perdidas.


¿Y por qué escribo esto?

Pues para dar las gracias a esas personas que, a pesar de que puedan sentir el mismo miedo que yo, tienen la valentía de dar ese paso. De tender una mano y decir: “han pasado muchas cosas, pero creo que el tiempo las ha puesto en su sitio y ahora nos toca a nosotros hacernos cargo de ellas”.

Así que sin más, gracias.


*Sometimes say goodbye is a second chance.



1 comentario:

  1. Agradecer no solo reconforta al que lo hace, sino también al que recibe ese agradecimiento. Me alegro de que tengas cosas que agradecer. :). Un besazo enorme tocaya.

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