domingo, 17 de junio de 2012

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Me ducho mientras me acompaña la muerte neuronal.
Estoy harta de pensar, harta de pensar en un futuro que tal vez no exista.
Mientras se empaña el espejo del baño
con el agua de la ducha
yo sólo pienso en follar. En follarte.
En follar para no pensar en esta vida de mierda,
en las circunstancias que nos acompañan,
¿hasta cuándo? Es la pregunta que se repite
una y otra vez dentro de mi cerebro disuelto en tequila.
Y por más fuerte que cierro los ojos,
y me imagino que me empotras contra la pared de la ducha
cada vez la respuesta me parece más lejana.
Un susurro.
Un suspiro.
Un eco,
mientras el agua de la ducha sigue cayendo,
y se lleva mis ganas de seguirte por el desagüe.









2 comentarios:

  1. el agua es siempre purificante y sanadora, en caso de que no sea suficiente, te recomiendo un bálsamo hecho a base te tiempo, paciencia de piedra y miel de arándanos cicatrizante...para curar esas quemaduras y esos golpes contra los azulejos que alicatan tu corazón. Y si lo que quieres es abandonar la lucha y entregarte a los placeres, seguramente te sea facil encontrar algun firme inversor en tus afectos.

    sin otro particular, beso tus pies y marcho por el desagüe...

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  2. Ése sí que es un buen sistema para evadirse...

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