jueves, 19 de abril de 2012

Lo que es la vida


Una vida —cualquiera— se resume en una serie de acontecimientos especiales, de puntos y aparte. Puntos que, por más tiempo que transcurra, permanecen intactos en la memoria, remanentes hasta el mismo día en que nos alcanza la muerte.

Si deseamos que aparezcan, basta con pararse a pensar en todo lo que uno ha hecho durante su vida (o en lo que no ha hecho) y la sucesión de esas imágenes, difusas en la mente, son el unir los puntos de nuestra existencia.

No suelen ser hechos trascendentes, sino simples momentos tan insignificantes para cualquier otra persona como especiales para uno mismo: el primer «te quiero», la muerte de un familiar o la muerte de un ser querido, la frontera que traza el primer «usted», el temblor de piernas incontrolable tras un accidente, las noches pasadas en un hospital prometiendo cosas a un dios que después olvidas, el primer beso en los labios o el primer beso en la boca — nunca es lo mismo—, la peor discusión con tu mejor amigo, ver tempranear al sol, la cicatriz más grande del cuerpo, el brotar de una vida, las noches en casa de los abuelos, descubrir que una pesadilla ha sido una pesadilla o la primera vez que comprendes que siempre que alguien quiere comprar hay alguien que, al final, vende.

[Fragmento del libro "El bolígrafo de gel verde", de Eloy Moreno]


martes, 17 de abril de 2012

Hay que tomar decisiones


Todos los días, desde que nos despertamos, nuestra mente  es un cruce de caminos convertidos en decisiones: ¿me levanto de la cama?¿Qué desayuno hoy?¿Y qué ropa me pongo?¿Doy los buenos días a esa persona que últimamente es más especial que nadie en mi vida o me hago la dura y espero a que me salude él? ¿Me compro esos pantalones rojo sangre que puede que me hagan el culo más gordo o los negros que disimulan más las curvas?

No hay día en que una sola persona de este mundo que ya ha alcanzado cierta consciencia sobre su persona que no se tomen decisiones, y eso acaba siendo un proceso sumamente agotador cuando te das cuenta de que lo estás haciendo… porque hablan de libertad, y yo me siento mucho menos libre cuando tengo que decidir algo que si simplemente me dejo llevar. Claro que eso la mayoría de las veces nunca es posible. Hay que decidirse… pero ¿qué pesa más, el corazón o la razón?

El domingo tomé una de las decisiones que menos me han gustado de los últimos meses: el darle a una persona la posibilidad de marcharse de mi lado. Fue una decisión racional, porque si hubiese hablado mi corazón, las cosas habrían sido distintas… pero era lo que tenía que hacer.

Si alguna vez habéis tenido que tomar una decisión semejante, entenderéis de lo que hablo. Y comprenderéis a la perfección la mezcla de sentimientos y emociones que tengo ahora mismo impregnados por el cuerpo… ¿Por qué tomar una decisión así si puede que sea algo fatal, sin retorno? Pues porque cuando ya te encuentras en un punto sin retorno, tienes que acudir a medidas drásticas para ver si la cosa evoluciona o se estanca.

¡Qué difícil es esto de tomar decisiones!

Sobre todo cuando no sabes si has hecho lo correcto… creo que eso no se puede saber hasta que pasa el tiempo. Y os mentiría si os dijera que no estoy deseando que pasen los días para ver si hice bien o hice mal, porque ahora mismo, lo único que se, es que a mí me está sirviendo para darme de que echo de menos nuestros momentos. Le echo de menos.


domingo, 15 de abril de 2012

Para reflexionar III

Hace poco tuve una conversación de esas que después te sigue dando vueltas en la cabeza... la verdad es que la pondría desde principio a fin, pero mentiría si a lo que no dejo de darle vueltas es a este fragmento: 

- Los sentimientos no se pueden forzar. Yo me dejo llevar por mis sentimientos, para bien o para mal.
- Tú y yo somos muy diferentes.
- Me di cuenta hace tiempo...
- Yo nunca hubiese dicho eso de: me dejo llevar por mis sentimientos, para bien o para mal.
- Ya... tú los habrías forzado, ¿no?
- Supongo que sí.


¿De verdad se pueden forzar los sentimientos? Yo creo que si lo hiciese dejaría de ser feliz, de ser yo misma, para convertirme en lo que otra persona quiere que sea... o que sienta. Y puede que muchas veces me falle a mí misma en ciertas cosas, pero si de algo estoy orgullosa, es de serle fiel a mis sentimientos...




jueves, 12 de abril de 2012

Para ti, que se que me estás leyendo


Ojalá las cosas hubieran sido más fáciles. Me encantaría haberte conocido en otro tiempo y otro espacio, quizá las cosas hubiesen sido distintas, quizá podría haber sido algo grande, intenso, para siempre.

Pero las circunstancias quisieron que nuestras vidas se cruzasen cuando todavía no era el momento. Cada día que pasa no puedo evitar pensar que tendríamos que habernos conocido en otro momento, cuando las cosas fueran más fáciles para los dos, sobre todo para mí.

¿Por qué a veces siento que la vida es como una puta broma de mal gusto? ¿Por qué no puedo encontrar mi sitio?

Aquello no pudo ser, pero no hay día que no piense en lo que pudo haber sido.



miércoles, 11 de abril de 2012

De 0 a 100 en un segundo


Y es que a veces bastan sólo unas palabas mal expresadas para que todo cambie dentro de una persona, para que algo haga “click” y de repente veas las cosas totalmente distintas a como tú imaginabas que serían.

¿Por qué la gente se empeña en pedir perdón cuando hace algo mal? Estoy de acuerdo en que todos merecemos segundas oportunidades, y que nos podemos equivocar porque somos humanos… pero, ¿no sería mejor pensar antes de hacer las cosas o de decirlas cual diarrea verbal? Hay veces que el perdón no sirve de nada, porque las cosas se quedan ahí.



Deambule por la casa y no me encontré,
He invertido mi tiempo en recordar
Que, si hierve mi sangre, hay poco que hacer:
Dejarse perder, dejarse llevar.

Me he quedado más colgado
Que un cuadro en su pared.
Me he quedado dormido
Frente a un café.
Me han llevado las olas otra vez.





viernes, 6 de abril de 2012

El daño que hacen las nuevas tecnologías


Escribes a alguien un mensaje mediante “wassap” y no puedes evitar mirar cuándo fue la última vez que se conectó, para tener la certeza (o no) de si no ha contestado porque pasa de ti o porque todavía no lo ha leído. Estoy segura de que esta situación ha sucedido en la vida de casi todos los que me estáis leyendo.

Esta tarde, mientras disfrutaba de la soledad y el silencio de mi casa cuando se va todo el mundo y me quedo sola, cosa poco común, se me ha venido a la mente una situación de hace muchos, muchos años. Creo que yo podría tener unos 12 o así, y empezaba a estar en la edad tonta de cuando te empiezan a hacer tilín los chicos.

Yo vivo en un pueblo pequeño (aunque antes era más pequeño aún) y cuando tienes 12 años, los sitios por donde salir quedan bastante reducidos (o, al menos, así era antes) y para buscar a alguien podías ir o al parque, o a la plaza, o a los recreativos. Una tarde de verano, quedé con mi más mejor amiga de por aquel entonces, A, para dar una vuelta. Empezamos a hablar de los chicos que nos gustaban y de repente se nos ocurrió la genial de idea de ir a buscarlos y encontrarnos con ellos “por casualidad”, así que empezamos a buscar por todos los sitios posibles… sin ningún resultado. A pesar de eso, fue una de las tardes más emocionantes que recuerdo, con esas mariposas por dentro de querer verlos, de encontrarnos de repente con ellos.

¿Qué habría pasado si hubiéramos tenido “wassap” en ese momento? ¿Se habría perdido esa magia? ¿Nos habrían contestado diciendo sus coordenadas exactas?



jueves, 5 de abril de 2012

Hay que vivirlo



Ayer a estas horas estábamos corriendo como locos de camino a las duchas: "Mariquita el ùltimo!". Esperar hablando desde detrás de una cortina a que el agua saliera caliente, pasándonos el champú o el gel porque se nos había olvidado en casa, corriendo en toalla de baño por el pasillo de camino a la habitación.


Sobre estas horas, estábamos reventados....sentados en el suelo de la habitación, hablando de todo y de nada, comiendo galletas de chocolate y quejándonos de cómo sabía el agua, porque a pesar del cansancio, todavía teníamos esas ansias de estar juntos, de hablar, de reírnos, de conocernos más. Siempre quedaba cuerda para la siguiente broma, para el beso de buenas noches, para que justo en el momento en que te estabas quedando dormido entrase alguien en la habitación a ritmo de: "Chicos!! Qué fueeeerrrte!!".


Levantarse a las 8 de la mañana y acostarse a las tantas de la madrugada ha sido algo realmente agotador, pero lo vivido durante el día supera con creces a ese cansancio.


Esta noche, en mi salón mientras veía la tele me he acordado de todos y cada uno de los que habéis hecho que estos dos días merecieran mi cansancio y mi afonía. Por ejemplo tú, R, con el detalle de robar un cuadro para cada una de las 4 chicas que dormíamos en tu habitación y dejarlo sobre nuestra cama (y que luego te mandáramos a colocarlos todos, claro xD). A ti, M, porque aunque a veces me pongas nerviosa y quiera arrancarte la cabeza, me has demostrado que eres una persona super divertida y con la que se puede hablar con seriedad si lo necesitas. A ti, S, por esos abrazos de buenos días. A todos los que nos habéis despertado hoy con un beso y un abrazo en nuestra cama, o cuando nos cruzábamos con vosotros por los pasillos. A los que os habéis dejado la piel creando animaciones para que los demás pudiéramos disfrutarlas...


Y sobre todo, MILLONES DE GRACIAS, por haberos despedido de mi como lo habéis hecho esta mañana. No podéis imaginar cómo me he sentido cuando todos os habéis acercado a mí para darme un abrazo y decirme que no me fuese tan pronto. De corazón, ese gesto ha significado muchísimo para mi.


A todos y cada uno de vosotros, esta noche os echo de menos. Y se que mañana cuando me levante y vaya a desayunar a mi cocina, me voy a acordar de las magdalenas que saben a cueva, y de vuestras caras de sueño.


No podríais haber sido mejores.


domingo, 1 de abril de 2012

Se prohiben los abrazos


Impactada me he quedado cuando he escuchado en las noticias que en una Escuela de Nueva Jersey quedan prohibidos los abrazos y las muestras de afecto.

Por si os interesa un poco la noticia, os dejo aquí lo más relevante de ésta:

"La Escuela Matawan-Aberdeen es una zona ‘libre de abrazos’, declaró el director de la institución Tyler Blackmore, al anunciar una controvertida prohibición de que sus alumnos se abracen.

De acuerdo con EFE, los más de 900 alumnos de la escuela en el municipio de Cliffwood, Nueva Jersey, no podrán abrazarse luego de que el director anunció haber detectado ‘contactos físicos inadecuados"


Me parece algo frívolo y carente de sentido, cuando el ser humano necesita relacionarse y el contacto físico para su desarrollo afectivo... ¿De verdad hemos llegado a tal punto?

Y todo esto, cuando yo hoy tengo más   ganas de abrazar que nunca... 






Va de sentimientos

¿Qué es lo que hago mal? ¿En qué me equivoco una y otra vez?

Haga lo que haga, siempre está mal, siempre me equivoco… Intento dar lo mejor de mí y me siento pisoteada, a veces me siento como si fuera el juguete de una persona que un día se preocupa por mí y al día siguiente ni se digna casi a dirigirme la palabra. ¿Es que acaso me lo merezco?

Quizá a veces sea difícil, no voy a negarlo. Quizá a veces mi carácter hace que las cosas sean complicadas, que yo las complique, pero aun así…  ¿Por qué? ¿Por qué tienes que tratarme así?

Y eso no es lo peor, no. Lo peor es que no debería importarme. Pero me importa.

No sé cómo se me está yendo tanto de las manos…
A lo mejor la solución es encerrar los sentimientos y no volver a dejarlos salir. A lo mejor.