lunes, 16 de mayo de 2011

Preguntas sin respuesta

Y allí estaba yo, sentada en un taburete esperando a que llegase mi turno, mirando a través de mis gafas cómo se besaban apasionadamente mientras sonaba esa maldita canción. Esa maldita canción que me retumba en los oídos cada vez que la escucho, que amo y odio a partes iguales, que hubiese preferido no escuchar nunca o, que por lo menos, no tuviera el significado que tiene.


Y mientras contemplaba la escena me preguntaba: ¿por qué?. Y lo realmente jodido es que no era sólo un por qué, eran cientos de ellos…unos tras otros paseándose por mi mente.


¿Por qué yo? ¿Por qué no? ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Por qué no puedo darle una oportunidad? ¿Por qué no se me presenta esa oportunidad en el momento oportuno? ¿Por qué siempre que llega un atisbo de ello yo me asusto y reculo? ¿Por qué no puedo ser “normal”?¿Por qué me cuesta tanto? ¿Por qué a mí no me dan besos así? ¿Por qué yo no me dejo besar así? ¿Por qué tanto miedo?


¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?


Y allí estaba yo, con un montón de preguntas pero sin ninguna respuesta….


Así que cuando por fin me tocó y salí de allí, fue como si la realidad me diese una hostia en toda la cara. Pero de las que duelen, de las que te duelen de verdad. De las que sientes hasta en lo más profundo del alma.


En lo que duró el camino hasta casa (no más de 5 minutos) no podía evitar pensar que a lo mejor es que no tengo que hacerme tantas preguntas porque quizá la mayoría no tienen respuesta. O no tienen respuesta en estos momentos. Que quizá, y solo quizá, lo único que necesito ahora mismo es dejarme llevar. Por lo que sea. Por quien sea. Dejar de querer tenerlo todo bajo control.


Pero sabéis qué? Que una vez hice eso, y aún me duele la hostia que me llevé.




                                                                                                  ---M 

lunes, 9 de mayo de 2011

Maluras

Mil perdones por tener el blog abandonado estos días, pero tengo una buena excusa!

Lo primero, la operación de mi abuela. Ya comenté que salió todo bien, pero aproveché para estar con ella y hacerle compañía, que ya se sabe que cuando alguien está contigo cuando estás pachucho se te pasa el tiempo antes.

Lo segundo, que aquí la menda también ha estado enferma….¿por qué? Pues por lo de siempre: infección de garganta. Desde que me conozco la garganta y los oídos siempre me han dado problemas, los inviernos los pasaba cada 2 x 3 con dolores de garganta y en verano las otitis estaban a la orden del día, y qué malo era eso que mientras todos los niños se bañaban yo me tenía que quedar mirando!

De mayor parece que las otitis no me siguieron dando tantos problemas, pero la garganta sí….tanto que hace un par de años me tuvieron que operar paras quitarme las anginas. “¡Estupendo!! Así no me volveré a poner mala” - pensé yo, inocente de mí (cuando pasé todo el calvario de la operación claro, porque mientras no había Dios que me hiciera pensar que había sido lo mejor)…

Pero no, NO SEÑORES, nada más lejos de la realidad…

Parece ser que cuando me operaron, en el lado derecho no extirparon bien del todo la angina y me dejaron un trocito de esa malvada enemiga que vive en mi garganta y, aunque el invierno pasado estuve genial, este invierno otra vez he empezado a tener infecciones de garganta cada poco tiempo. El domingo fui a urgencias y, aparte de mandarme 500 pastillas, me dieron la súper noticia de que seguramente me tendré que volver a operar para quitar ese trozo que no quitaron bien, ya que si le sigo teniendo voy a seguir teniendo infecciones de garganta, y digo yo…..¿¿NO PUDIERON HACERLO BIEN EN SU MOMENTO?? Ahora tengo que entrar a quirófano para esta mierda, y cuando me acuerdo de lo mal que lo pasé el verano que me operaron, se me quitan las ganas…

Así que he estado un poco out por eso, luego encima he empezado con fuerza las clases porque ya queda poco para empezar exámenes y tengo que ponerme al día con un montón de cosas, seguramente a partir de ahora esté un poco “ausente” del blog, porque es que no tengo tiempo para nada entre unas cosas y otras!
Espero que todos estéis bien, incluida la gente que me lee desde las sombras.

jueves, 5 de mayo de 2011

De operaciones va la cosa

Hoy todas mis fuerzas y energías se las mando a mi abuela, que acaba de salir de una operación. No es nada grave, pero sí lo bastante como para que toda la familia haya estado en vilo hasta que han salido del quirófano para decir que había salido todo bien.

Y es que, seguro que sabéis que en todas las familias hay un pilar sobre el que se sustentan los demás, y por mucho que todos tengamos nuestra vida más o menos hecha, para mí ella es ese pilar que hace que nos mantengamos todos firmes, unidos, fuertes, apoyándonos unos en otros, celebrando cosas familiares y discutiendo cuando es necesario.

Cuando alguien de mi familia tiene que pasar por algo médico, me entra una congoja que no se me quita hasta que no me aseguran y aseguran que todo está bien. Así he estado yo hasta hace 10 minutos que mi madre ha llamado para decir que ya se había terminado la operación y, lo más importante, que ella está bien aunque todavía no han podido verla porque se ha puesto un poco nerviosa y han  preferido dejarla en quirófano hasta que se tranquilice un poco.

Esta tarde iré a verla y le llevaré la caja de bombones más, más, más enorme que encuentre, porque si hay algo que le guste a ella (aunque siempre niegue que lo come…) son las cosas dulces. Tiene azúcar y tampoco puede darse el lujo de comer todo el dulce que le gustaría, pero yo hoy, se lo perdono.

Y mucha fuerza también para mi abuelo, quien el año pasado por estas fechas sufrió un infarto. Pocos meses después le operaron de corazón y a día de hoy está hecho un chaval, con los típicos achaques de la edad pero bien al fin y al cabo, que es lo que a mí me importa.

Unos besazos enormes para los dos, que hoy, se los merecen. Y si no, simplemente porque sí, porque son mis abuelos, y son los mejores.


                                                                                                   -María-

lunes, 2 de mayo de 2011

Tiempo de espera

¿Habéis tenido alguna vez la sensación de que algo que “deseas” no depende de ti? ¿Que todo eso que tanto te gustaría hacer o tener está en las manos de otra persona?


Entonces sabéis de lo que hablo…

Llevo unos días dándole vueltas a algo que me pasó hace poco, y a algo que hice yo también en relación a ello, pero siempre llego a la misma conclusión: “María, no lo pienses más, no está en tu mano. La respuesta no te pertenece a ti, tú ya has dado un paso y ahora la decisión es de otra persona. Sólo te queda esperar”





Esperar.



Esperar.



Esperar.








La gente que me conoce un poco, sabe que yo no tengo paciencia. Que no sé esperar. Que si quiero algo lo quiero YA, porque lo que no soporto es la incertidumbre, el no saber. ¿Si? ¿No? ¿A lo mejor? ¿Por qué? ¿Y si….?

¡¡¡¡AAAAAAARRRRRRJJJJJJJJJJJ!!!!

Dicen que el que espera desespera…y aquí estoy yo, esperando sentada en la cocina con un tazón de cereales y una canción que me recuerda tiempos mejores.




The Reason-[The Hoobastank]

domingo, 1 de mayo de 2011

Para mi madre


INCISO: llevo unos cuantos días pensando una entrada adecuada para este día, que me permitiese transmitiros algo de lo que siento por mi madre. Cuando intentaba escribir no me salía nada que pudiera asemejarse a la relación que tenemos, y no he sido capaz de hacer una entrada “bonita”, pero sí con el corazón.

Para mi madre:

Siempre me han dicho que no me parezco en nada a ti, que yo soy “cagaíta” a papá, pero, ¿sabes? Cada día pienso que voy teniendo más detalles tuyos.

Como toda relación madre-hija, tuvimos nuestros malos momentos en el pasado, pero aún así nunca fueron tan malos como para que no te quisiera tanto. Mientras la mayoría de mis amigos ocultaban a sus padres lo que hacíamos, yo te lo contaba con total sinceridad, sin esconderme, porque sabía que pese a tu cabreo momentáneo la cosa terminaría saliendo bien.

Cuando me fui de casa para estudiar fuera, la relación que teníamos cambió por completo. Ya no había gritos ni regaños, simplemente ganas por parte de ambas de que yo volviera a casa, de ir juntas de compras, de no separarnos en casi todo el día…y me alegra que en todos estos años eso no sólo no haya cambiado sino que encima las ganas son aún mayores.

No te imaginas que el 80% de mis ganas de ir a casa es por estar contigo, porque me encanta. Porque veo en ti a una amiga, a la que puedo contarle cualquier cosa.

Y realmente me da pena la gente que no tiene este sentimiento tan fuerte hacia su madre y que no puedan compartir momentos tan increíbles como los que compartimos nosotras.

Creo que el darte cuenta de que ya no era niña fue duro para ti, pero también hizo posible que me dejases de ver como a una cría para verme como a una mujer y confiar tú también en mi, aunque muchas veces a mí se me venga grande el poder ayudarte.

Pero sé que lo entiendes. Sé que me entiendes. Y a mí con eso me vale.

Te quiero mamá. Felicidades en tu día.